Las críticas de Aznar indignan al PP y molestan a Rajoy

Madrid

Aznar escogió el día y la hora precisas. Sabía que era el momento en que más daño podía hacer a Mariano Rajoy. Su valoración de los resultados electorales en Cataluña cayó como un jarro de agua fría sobre la sede de Génova, donde poco después se encontraría reunida la cúpula del Partido Popular. Sentó fatal. Lo que se preveía como un Comité Ejecutivo tranquilo (el presidente había comparecido en La Moncloa solo unas horas antes) se acabó convirtiendo sin embargo en un polvorín.

Como acostumbra, en público el PP intentó dar carta de naturaleza a lo ocurrido. A la entrada de la sede nacional la mayoría de dirigentes aseguraban desconocer el detalle de la noticia. Aún así, sin saber supuestamente que su presidente de honor había cuestionado la estrategia de Rajoy, ante los micrófonos se apresuraban a mostrar respeto a “don José María Aznar”. Pero traspasada la puerta y los tornos de Génova las opiniones se expresaban diferentes.

El tema no se trató en la reunión, pero en los corrillos no se hablaba de otra cosa. Hay quien opina que son demasiados episodios. Dicen que siempre “está ahí como Pepito Grillo” y que parece que él es el “único poseedor de la verdad”. Lo cierto es que este no es el primer dardo que el presidente de honor envía al que designo como su sucesor. El último poco después de las elecciones municipales y autonómicas cuando llegó a decir en una entrevista “yo no quiero votar a este Partido Popular”.

Se le acusa incluso de “desleal”. Por el tono del comunicado, que envió a través de FAES, y en el que sin nombrar a nadie directamente llegaba a decir que el resultado de las elecciones “es para que algunos piensen seriamente por qué el partido del Gobierno no ha sido capaz de representar a la mayoría de las fuerzas constitucionales en Cataluña”, miembros del partido creen que lo que quiere es hundir al propio Rajoy a pocos meses de las generales.

Muchos dirigentes no entienden cómo Aznar se atreve a lanzar esas críticas cuando él, dicen, “tiene buena parte de culpa de la situación en la que se encuentra su partido”. “Con su Pacto del Majestic, por el que consiguió el apoyo de CiU para ser presidente en 1996 a cambio de ampliar competencias y dar apoyo al partido de Pujol en Cataluña, lo condicionó todo”. También al intentar halagar a los nacionalistas diciendo que “hablaba catalán en la intimidad”.

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Un miembro de la cúpula conservadora, al salir de Génova decía que lo que habría que preguntarle a Aznar es si por lo que no comparte la estrategia es porque Rajoy no es línea dura, “como él”. Aseguraba además que para remontar lo que hace falta es que los ciudadanos no vinculen ni relacionen a Aznar con el PP.

Cospedal resta importancia a su figura

Las críticas de Aznar merecieron para el PP la reaparición de la secretaria general, que ayer volvió ocho meses después a dar una rueda de prensa en Génova. Hasta ahora lo habitual era que Pablo Casado atendiese a la prensa tras el Comité. No le tocó a él responder a los periodistas sobre la dura valoración del que fue su mentor y padrino político.

María Dolores de Cospedal evitó contestar directamente y aunque en un primer momento habló del presidente de honor para referirse al expresidente, la insistencia de las preguntas hizo, que a la tercera, diese el titular. “Tiene derecho a opinar como cualquier militante más”, asegurando restando valor a las declaraciones pero también a la figura del presidente que durante más años ha llevado al gobierno al Partido Popular.