El Gobierno alimenta la esperanza en Abengoa sin compromisos concretos
El preconcurso de acreedores da una tregua de cuatro meses a la compañía y cuando venza ese plazo, en el próximo mes de marzo, habrá un gobierno distinto en la Moncloa
El ministro de Economía, Luis de Guindos. / Cabalar (EFE)
Madrid
Tras los mensajes erráticos y contradictorios de algunos ministros el jueves, hoy el presidente ha sacado al ruedo al ministro de Economía para fijar la posición del Gobierno en relación con la crisis de Abengoa.
Y Luis de Guindos lo ha hecho de forma impecable. Ha diagnosticado la dimensión del problema —"Abengoa está muy endeudada"—, ha sembrando esperanza —"es viable"—, ha garantizado el compromiso del Gobierno —"colaboraremos con la Junta de la Andalucía"—, pero, eso sí, se ha cuidado mucho de concretar sus compromisos.
Luis de Guindos tan solo ha dicho que el ejecutivo abordará "cualquier actuación constructiva", que el presidente del Gobierno ha hablado con la presidenta andaluza, que él mismo hablará con el consejero andaluz de Economía, y que el ICO "tendrá un papel constructivo". Aunque esto último parece que se enmarca en la negociación de Abengoa con sus acreedores. Respecto a posibles inyecciones de dinero, el ministro ha puesto por delante "los límites a las ayudas públicas" que establece la normativa europea.
Tras el Consejo de Ministros de este viernes, el responsable de Economía ha minimizado la implicación directa del Gobierno en el problema. La deuda de Abengoa con sociedades estatales suma 415 millones de euros, "muy poco respecto a su deuda total", según ha dicho. También la responsabilidad que algún sindicato le atribuye en la situación actual de la empresa. Abengoa solo factura en España un 12% de su actividad, con lo que, según Luis de Guindos, en la actual crisis de la compañía poco efecto ha podido tener la reforma energética que redujo las primas a las energías renovables.
Respecto al camino a seguir, el titular de Economía ha puesto por delante que hay aclarar bien la situación real de la empresa, "de estructura muy compleja", y ha puesto el acento en la necesidad de encontrar "un socio industrial".
Buenas intenciones, pero cargadas de incertidumbres. Está por ver cómo se despejan. El preconcurso de acreedores da una tregua de cuatro meses a Abengoa, y cuando venza ese plazo, en el próximo mes de marzo, habrá un gobierno distinto en la Moncloa.
