La infanta Cristina, en el banquillo por ayudar a su marido a defraudar al Fisco
Arranca el juicio contra Cristina de Borbón, Iñaki Urdangarin y otros dieciséis acusados de delitos de corrupción
undefinedFoto: EFE / Vídeo: Atlas
Palma de Mallorca
La Audiencia de Palma celebra, desde este lunes y hasta el 30 de junio en una sala presidida por el retrato del rey, el juicio por el fraude del Instituto Nóos. La entidad sin ánimo de lucro que dirigían Iñaki Urdangarin y Diego Torres obtuvo más de seis millones de euros de las administraciones públicas de Baleares y Valencia para organizar jornadas de turismo y deporte, de los que solo destinó 1,6 millones a ese fin. El resto, según la investigación, se desvió a empresas controladas por ellos camuflándolo con facturas por servicios que realmente no se prestaron.
Los negocios de Urdangarin y Torres también llegaron a Madrid. Madrid 2016 pagó 114.000 euros para que la Fundación Deporte, Cultura e Integración Social, sucesora de Nóos, hiciera lobby en favor de la capital para que albergara los juegos olímpicos. La investigación sostiene que se trató de una donación simulada.
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La infanta Cristina
Iñaki Urdangarin, Cristina de Borbón, Diego Torres, la delegada de Madrid 2016, Mercedes Coghen, el expresident de Baleares, Jaume Matas, el exvicealcalde de Valencia, Alfonso Grau, y cargos públicos de segunda fila de la Generalitat Valenciana se sentarán en el banquillo. En total, 18 acusados que se enfrentan a penas de hasta 19 años y medio de cárcel por delitos de corrupción. Además, desfilarán más de 360 testigo y una veintena de peritos. La vista arranca con las cuestiones previas y se reanudará el próximo mes de febrero con el interrogatorio de los acusados.
Si ha habido un nombre para la polémica durante la investigación del caso que ha durado casi cinco años, ese ha sido el de Cristina Federica de Borbón y Grecia. La acusación popular, el pseudosindicato Manos Limpias, pidió reiteradamente su imputación. Primero el juez José Castro lo rechazó pero según avanzaba la instrucción cambió de opinión en contra del criterio del fiscal, Pedro Horrach. La batalla, jurídica se entiende, se saldó en favor del primero.
La Audiencia de Palma sentó a la infanta en el banquillo acusada de cooperadora necesaria en los dos delitos fiscales que se le atribuyen a su marido. Manos Limpias pide 8 años de cartel para ella. Horrach sostiene, sin embargo, que se la acusa en base a un "raquítico pudo conocer que invierte la carga de la prueba y pervierte la presunción de inocencia" y que, en base a la doctrina Botín que impide abrir juicio contra una persona cuando ni el afectado ni el fiscal acusen, debería librarse del banquillo. La Fiscalía y la defensa de la hermana del rey reclamarán la aplicación de esta doctrina en esta fase de cuestiones previas.
El papel de la Audiencia de Palma fue mucho más allá de sentar en el banquillo a la Infanta Cristina. Hizo lo propio con otras tres personas que dejó fuera de su escrito de acusación el fiscal. El asesor, Salvador Trinxet, el secretario del Instituto Nóos, Miguel Tejeiro, y el exvicealcalde de Valencia, Alfonso Grau.