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Numerosas familias de Melilla pasan la noche al raso tras el terremoto

La ciudad vive en tensión ante la posibilidad de que se repita el terremoto. Una treintena de réplicas durante toda la noche es motivo suficiente para el centenar de personas que se han desplazado hasta la zona de Los Pinares para pasar allí la noche

Fohsed Mohad, su mujer y sus dos hijos han pasado la noche en el interior del vehículo aparcado en la Plaza de España / JESÚS SÁNCHEZ

Melilla

Numerosas familias de Melilla han pasado la noche durmiendo en el interior de sus coches abrigados con su ropa y con mantas. Lo hacen por miedo a nuevas réplicas del terremoto que les obligó a dejar su casa en plena madrugada. Fohsed Mohad, su mujer y sus dos hijos han permanecido en el interior del vehículo aparcado en la Plaza de España. La temperatura media esta noche no ha superado los 9 grados.

Otras muchas familias han dormido en tiendas de campaña al raso en un pinar a las afueras de la ciudad. Melilla recobra poco a poco la normalidad este martes con la apertura de los colegios a pesar de que las réplicas se siguen registrando: más de una treintena durante esta pasada noche. La de mayor intensidad a las 5:35 de la mañana con 3,5 grados en la escala Ritcher.

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La noche, en el pinar

La zona de Los Pinares está situada en la parte alta de la ciudad. Es una zona de pinos, con una explanada amplia en la que se realizan ejercicios de instrucción por parte de los militares. Sin embargo, sirvió como aparcamiento para decenas de coches que daban cobijo a familias enteras.

Nayin, de unos 19 años, cuenta que se habían ido a dormir allí "por el miedo de que fuera a pasar otra vez lo mismo”: "Vivimos en un tercero y se notó mucho. Los ancianos no podían correr".

Karin duerme en un coche con cuatro personas más de su familia, entre ellos, un bebé: "No ha parado de llorar en toda la noche. He pasado frío y miedo por si volvía todo a moverse. Sobre todo, a las cinco y media". Y es que sobre esa hora se ha sentido una de las réplicas más fuertes, con una magnitud de 3 grados en la escala Richter. Otros han dormido en la calle o en las zonas comunes de sus urbanizaciones.

María Nieves Jiménez vive en la calle Cándido Lobera. Cuenta al micrófono de la SER que su edificio ha tenido que ser apuntalado. Aunque han dormido con algo más de tranquilidad, han notado las numerosas réplicas (hasta 250 desde la noche del seísmo).

El centro de la ciudad tiene acordonadas más de la mitad de sus calles, por las que no se puede circular, ya que hay edificios con peligro de desprendimiento de sus cornisas. Algunas de estas cornisas y balconadas de estilo modernista, que forman parte del gran patrimonio cultural de la ciudad, fueron apuntaladas este lunes por los bomberos.

Las clases se reanudan este lunes pero el Palacio de la Asamblea permanecerá cerrado, ya que tiene daños importantes en su interior y es necesaria una restauración antes de volver a albergar a los funcionarios. Algunas de las dependencias, como el despacho del presidente Imbroda y su equipo, han montado una zona de trabajo provisional en la Delegación del Gobierno.

Este martes llegarán a la ciudad varios geofísicos de la Universidad de Granada para hacer un estudio de la situación. Expertos que vienen desarrollando un estudio sobre el movimiento de las placas tectónicas y de cuáles serían las zonas más débiles para afrontar un seísmo en la ciudad.

La calle General Prim, del centro de Melilla, amanece así un día después del terremoto de 6,3 grados

La calle General Prim, del centro de Melilla, amanece así un día después del terremoto de 6,3 grados / JESÚS SÁNCHEZ ORELLANA

Los servicios operativos se afanan en limpiar los cascotes y cristales del suelo para hacer más viables las calles más afectadas.

En total, 17 familias han tenido que ser desalojadas de sus viviendas y atendidas por los servicios sociales de la ciudad.

 
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