El PSOE duda de que pueda cerrar un acuerdo con Podemos en dos días

Por primera vez, veinte días después del encargo del rey, este lunes empieza la negociación entre el PSOE y Podemos. En la mesa a cuatro los socialistas llevan los avances de su negociación bilateral con Izquierda Unida y Compromís (los otros dos interlocutores) y también el análisis de la propuesta de Podemos. Pero esta cumbre no es para los socialistas «la madre de todas las reuniones», en palabras del portavoz del Congreso, Antonio Hernando, de ahí que sigan manteniendo su agenda de citas bilaterales para intentar amarrar los apoyos en los que ha venido trabajando con los distintos grupos, de forma muy especial con Ciudadanos. El PSOE sigue priorizando su estrategia de presión a Podemos consciente de que es «complicado» cerrar un acuerdo con Pablo Iglesias. La de este lunes es la más concurrida de todas las reuniones que hasta ahora se han celebrado. Más de veinte personas en la mesa (solo Podemos aporta ocho representantes a la negociación) pero, finalmente, hay cumbre a cuatro sin la foto de los líderes que buscaba Pablo Iglesias. Aseguran fuentes socialistas que es una reunión de trabajo, en la que van a dar a conocer a Podemos lo que ya han trabajado con sus otros interlocutores y también el análisis del documento que presentó Pablo Iglesias, del que rechazan rotundamente todo lo relacionado con el referéndum de autodeterminacion, sus propuestas «irreales» en materia económica o la necesidad de negociar exclusivamente sobre un gobierno de coalición. El PSOE pretende mantener su esquema de negociar el «para qué» antes de hablar de «sillones» mientras que Podemos defiende que quiere hablar de «qué» pero también de «quién», en clara alusión a su incompatibilidad programática con Ciudadanos. Estas discrepancias son las que llevan a fuentes socialistas consultadas por la Cadena SER a ver «complicado» que en dos días se pueda alcanzar un acuerdo con la forma morada. Hablan de dos días de margen porque será este miércoles cuando la Ejecutiva Federal convoque la consulta a la militancia que, dado el calendario de la investidura, se tiene que celebrar como muy tarde el sábado 27 de forma presencial y con opción de voto electrónico los dos días antes (jueves y viernes). De todas formas, sí que creen los socialistas que esta reunión a cuatro es importante para ver hasta dónde se puede llegar con el partido de Pablo Iglesias y conocer cuáles son sus márgenes. En cualquier caso, llegados a este punto, la estrategia del PSOE pasa por amarrar al resto de los grupos para generar sobre Podemos la presión suficiente para que si es realmente imposible que apoye a Pedro Sánchez en primera votación de la investidura el día 3, sí que se abstenga en la segunda oportunidad, 48 horas después, el sábado 5 de marzo. En caso contrario, repiten en el PSOE, será el Pablo iglesias el «responsable» de que Mariano Rajoy se perpetúe y no se haya aprovechado la «oportunidad para el cambio» que han pedido las urnas. No hay portavoz socialista que no coree esa consigna en sus comparecencias públicas en estos días pero, para que realmente esa presión pueda ser efectiva, el PSOE necesita cerrar el apoyo de todos los demás con los que sí lleva 20 días negociando. Este lunes continúa la negociación con Ciudadanos después de un fin de semana muy intenso de trabajos técnicos hasta altas horas de la madrugada y hay previstos contactos también bilaterales de nuevo con Compromís y PNV. Con Izquierda Unida hay avances muy significativos que ya fueron dados a conocer vía notas de prensa por parte de ambas formaciones, aunque el resultado de la cumbre a cuatro será determinante para ver si se cierra finalmente. Por ahora, después de 20 días, solo hay un pacto cerrado satisfactoriamente que suma un voto a la investidura de Pedro Sánchez: Coalición Canaria.

El PSOE duda de que pueda cerrar un acuerdo con Podemos en dos días

Veinte días después del encargo del rey, los socialistas intentan amarrar al resto de los grupos mientras empiezan a negociar con la formación morada desde planteamientos muy dispares en política territorial y económica y conscientes de que es "complicado" alcanzar un pacto

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