Ciencia y tecnología

Un cohete de la NASA creará nubes artificiales para conocer mejor las auroras

La hora del próximo lanzamiento dependerá de las condiciones climáticas

Las auroras se producen en una zona ovalada que rodea los polos. / CADENA SER

Madrid

Una de las actuales misiones de la NASA es estudiar las auroras y su interacción con la ionosfera y las partes más altas de la atmósfera terrestre. Para ello crearán nubes artificiales durante el vuelo de unos de sus cohetes sonda, usados desde hace cuarenta años para misiones de distancias menores con la finalidad de realizar mediciones y registros más económicos.

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Las auroras polares son destellos de luz que aparecen en el cielo durante algunas noches en las regiones polares. Estas se producen cuando una expulsión de masa solar choca con los polos norte y sur de la zona exterior de la atmósfera donde surge una luz tenue o aurora. Hay que distinguir entre aurora boreal, que es la aurora polar del hemisferio norte, y la aurora austral, la del hemisferio sur.

Los fenómenos que se encuentran sobre nuestras cabezas son infinitos, y su estudio sirve de ayuda para entender el mundo en el que vivimos. En esta ocasión, además de cómo la magnetosfera, los vientos solares y el propio Sol afectan a las auroras boreales, la NASA quiere obtener nueva información sobre la composición de la atmósfera.

La misión consiste en lanzar simultáneamente dos cohetes Black Brant IX. Uno de ellos subirá hasta los 324 kilómetros y el otro alcanzará los 172 kilómetros encargándose de crear las nubes artificiales. Según explica la NASA, de esta manera "se conseguirá llevar a cabo una medición en vertical del interior de las auroras".

Cohete de la Administración Nacional de la Aeronáutica y del Espacio (NASA). / CADENA SER

¿Como se crean las nubes artificiales?

Una nube es una masa visible creada por cristales o gotas de agua microscópicas que se encuentran en suspensión en la atmósfera. Las nubes artificales se crean con trimetil-aluminio (TMA), un compuesto que reaccciona con el oxígeno dando lugar a óxido de aluminio, dióxido de carbono y vapor de agua. Este proceso ocurre de forma natural pero, en este caso, se realizará a una altura de 97 y 161 kilómetros con la finalidad de registrar vientos que se producen dentro de las auroras.

La NASA confirma que no habrá ningún tipo de riesgo ni consecuencias en la superficie ya que la cantidad de TMA "es mucho menor que la que se usa en los fuegos artificiales de un 4 de julio". El primero de los cinco lanzamientos que componen la misión tuvo lugar en enero estando previsto el segundo para este mes, con la posibilidad de seguirlo en directo desde YouTube.

 
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