Los Republicanos y los socialistas intentan solventar las divisiones internas
François Fillon logró un 20% de los votos Benoît Hamon, poco más del el 6%
París
El resultado de François Fillon, que logró un 20% de los votos de los franceses en la primera vuelta de las elecciones presidenciales, y del 6% para Benoît Hamon marcan la diferencia en la estrategia a seguir por Los Republicanos y por el Partido Socialista. Los primeros han reunido este lunes a sus barones para fijar una estrategia que debe ser ratificada por el consejo político. El objetivo será mantener una cierta unidad en la decisión de apoyar a Emmanuel Macron. Sin embargo, no parece fácil porque muchos de los electores de François Fillon estarán tentados de votar contra el candidato social liberal que, además, será el rival directo sobre el terreno en las elecciones legislativas.
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Los socialistas, por su parte, deben salvar los muebles en una derrota que sus militantes no dudan en calificar como una catástrofe. De ahí que este lunes, en el consejo nacional, hayan buscado el único común denominador en estos momentos: apoyar a Macron en la segunda vuelta de manera activa con la tirada de 6 millones de folletos en favor del candidato de En Marche! Mientras, los partidarios del presidente Hollande van a publicar una tribuna en la que hacen un llamamiento a la unidad ante los riesgos de implosión del partido.
Mirando a la legislativas de junio
En Francia, señalan los analistas este lunes, hay tres bloques políticos y sólo uno de ellos tiene un partido detrás: la extrema derecha con el Frente Nacional. El bloque de centro reformista se divide entre Los Republicanos, En Marche! de Macron y los socialistas y el de la extrema izquierda mantiene las divisiones tradicionales. Un panorama "devastador", como ha señalado en la SER el historiador francés Benoît Pellistrandi, porque la Asamblea Nacional va a reflejar la fragmentación que se ha dado sobre el terreno.
El movimiento de Macron con candidatos noveles va a tener que pelear con políticos asentados sobre el territorio y con una mayor competencia de otras formaciones. Es probable que el nuevo presidente tenga que lidiar con un gobierno de distinto color y Francia vuelva a la cohabitación.