Macron confía en el 'muro republicano' para vencer a Le Pen en segunda vuelta
El centrista, vencedor en la primera vuelta, trabaja ya para conseguir una mayoría en la Asamblea Nacional
París
La victoria del Emmanul Macron sobre Marine Le Pen en la primera vuelta de las elecciones presidenciales en Francia no garantiza que el centrista de 39 años vaya a convertirse en presidente de Francia. Si bien Macron ya cuenta con un muro republicano. La derecha moderada le ha ofrecido su respaldo y los socialistas de Hamon y Valls, también.
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Si la trayectoria de anteriores presidenciales continúa, el próximo presidente de Francia será Macron. En los tres escrutinos presidenciales precedentes, el candidato que llegó en cabeza en la primera vuelta se convirtió en jefe del Estado de Francia. Ocurrió así con Jacques Chirac en 2002 ( precisamente contra Jean-Marie Le Pen, el padre de la presidenta del Frente Nacional hoy); lo mismo pasó con Nicolas Sarkozy (frente a Ségolène Royale en 2007) y, en 2012, François Hollande se impuso frente a Sarkozy. Pese a todo, el candidato de ¡En marcha! no puede estar tranquilo porque el panorama electoral ha quedado totalmente truncado en este escrutinio.
En la noche electoral ya pidieron el voto para frenar a la ultraderecha François Fillon (19,9% de votos) y su compañero de Los Republicanos, Alain Juppé. Desde el Partido Socialista, su candidato Hamon, hundido hasta el 6%, fue el primero en ofrecerle el voto. Pero a Macron le faltará el freno de los más izquierdistas, los de Jean-Luc Mélanchon, que consiguió el sorpasso y se colocó en el 19,2%.
El reto de las legislativas de junio
Macron habló ya anoche de "la inmensa tarea que tiene por delante". Primero, ganar el 7 de mayo; luego, componer una mayoría parlamentaria en las legislativas de los días 11 y 18 de junio. Tarea nada fácil dada la fractura que marcan los resultados: la Francia rural y el oeste votan Frente Nacional; la urbana y el este votan ¡En Marcha!, por Europa.
El problema de las legislativas es, sin duda, el reto de Macron; pero también lo es para el resto de las formaciones políticas tradicionales que han desaparecido prácticamente. La Francia de hoy refleja una fragmentación también política con tres movimientos difuminados: los soberanistas que van desde Le Pen hasta parte de los republicanos más conservadores, el centro que representa Macron y acapara una parte de la derecha moderada (Fillon, Modem) y los socialistas de Valls y Hollande. En el otro extremo, Mélenchon, que tampoco tiene partido, con los grupúsculos de extrema izquierda.