La Casa Blanca propone una reforma fiscal "masiva" que baja impuestos a empresas y ricos
El plan contempla una reducción del impuesto sobre la renta a las personas físicas y a empresas del 35 al 15%, reduce a tres los tramos fiscales e incluye un impuesto especial para atraer compañías basadas en el extranjero. El acuerdo en la Cámara es necesario para convertir esta propuesta en ley
Washington
Donald Trump llevaba varios días anunciando que esta semana se presentaría su plan de recortes y reforma fiscal. Un plan que su administración califica de “histórico”, y que han hecho contrarreloj para tener algún logro del que presumir el próximo sábado, cuando se cumplen sus primeros cien días de gobierno. Pero de momento, es solo eso, un plan para modificar el sistema tributario, más rodeado de incertidumbre que de datos, y que a día de hoy está lejos de convertirse en ley.
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La propuesta “histórica” no la ha presentado el presidente sino el Secretario del Tesoro, Steven Mnuchin, y el Director Económico Nacional, Gary Cohn. Ambos aseguran que se trata de una reforma tributaria “masiva”, que contempla una reducción de impuestos a particulares y a empresas (del 35% al 15%), que liquida el impuesto de sucesiones y el impuesto mínimo alternativo que beneficia a los contribuyentes ricos, incluido al propio Trump. El plan elimina la deducción de impuestos estatales y locales, lo que perjudica a los contribuyentes que viven en lugares con impuestos estatales altos, como California o Nueva York, ambos Estados demócratas. También reduce los tramos fiscales del IRPF de siete a tres. Además apuesta por las repatriaciones de capital de empresas estadounidenses en el extranjero y prácticamente acaba con las deducciones del impuesto sobre la renta, salvo la desgravación de hipotecas, donaciones a ONGs y planes de pensiones.
Lo que no han revelado es cómo piensan ejecutar todo esto. Ni cuánto les va a costar, ni cuánto va a incrementar el déficit. Mnuchin, se limita a repetir que el plan “se pagará por sí mismo con el crecimiento que genere” y que él cifra en un 3%. Ante las preguntas de los periodistas, Mnuchin ha reconocido que se trata de la espina dorsal del plan pero que quedan muchos detalles por negociar. Unos detalles que son fundamentales para recabar el apoyo de los partidos en las Cámaras, sobre todo del partido del gobierno, el Republicano, que aunque cuenta con mayoría en el Congreso tradicionalmente se niega a respaldar medidas que aumenten el déficit.
Los demócratas ya han dicho sobre la propuesta que está “corta en detalles” y que otorga “grandes regalos a corporaciones y multimillonarios”. Aseguran que es una repetición de la política fiscal fallida que llevó a los recortes de impuestos que George W. Bush aplicó en 2001 y 2003, que perjudicó a las familias trabajadoras y contribuyó a la crisis económica de 2008. Los demócratas quieren que se haga público cómo esta reforma afectaría a los impuestos del presidente antes de firmarla. El Secretario del Tesoro ya ha dicho que Trump no tiene “ninguna intención” de publicar su declaración de la renta, algo a lo que ya se negó el propio Trump asegurando que es algo que “solo interesa a los periodistas”.