Discrepancias en el Gobierno de Rajoy por la gestión del 1-O y la aplicación del 155
En La Moncloa ha habido diferencias sobre cómo se debía responder a Puigdemont.
"No podemos cometer los mismos errores de la jornada del referéndum ilegal", señala un ministro
En el PP creen que si el presidente nombra un coordinador para poner en marcha las medidas, este debe ser catalán y tener un perfil más técnico que político
Madrid
Mariano Rajoy siempre ha reclamado a los suyos unidad para afrontar la situación de Cataluña. Pero dentro del Gobierno se han vivido varias discrepancias. Por ejemplo, a la hora de aplicar el artículo 155 de la Constitución. Para un sector del Ejecutivo se tenía que haber activado antes incluso del referéndum ilegal, aunque finalmente se esperó hasta el sábado pasado.
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Además, hay quien piensa que no debería haber calado la idea de que el proceso se podía frenar si Carles Puigdemont convocaba elecciones. Algunos consideran que el desafío del president de la Generalitat es tan grave que desde hace días sólo merecía una respuesta contundente. Nada de oportunidades. Sin embargo, se le concedieron varias y solo ahora se ha empezado a endurecer el discurso, exigiéndole que además de los comicios renuncie de forma expresa a la independencia.
También la gestión del 1-O ha levantado ampollas. Varios ministros se fueron del Consejo el viernes anterior a esa fecha pensando que no iban a ver urnas ni papeletas. No sólo se encontraron con las imágenes de gente votando sino también con las de las cargas policiales que dieron la vuelta al mundo.
Encima salió Enric Millo, delegado del Gobierno en Cataluña, pidiendo disculpas por la actuación de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. Algo que encendió por completo los ánimos. De hecho el titular de Interior, Juan Ignacio Zoido, llegó a desautorizarle.
En el Gobierno esperan que de todo ello se haya aprendido la lección. "No podemos cometer los mismos errores del 1 de octubre", explica un ministro. Son muchos los populares preocupados por el balance final, cuyo análisis no se realizará hasta dentro de unos meses.
En definitiva, a medida que ha ido avanzando el plan, por un lado, se han ido viendo las diferencias que existían en el gabinete presidencial. Una de las últimas, determinar si para los catalanes es mejor que haya comicios de forma inmediata o agotar el plazo de seis meses. Una incógnita que Rajoy aún no ha resuelto.
Y, por otro, se han detectado críticas internas. Así, algunas voces, en privado, se han quejado de "la confusión" que a veces se ha generado. Mientras otras han aprovechado para atacar a la vicepresidenta tildando de "fracaso" su 'Operación Diálogo'.
En el PP, muchos apuntan que en esta situación, además, influye el eterno enfrentamiento entre Soraya Sáenz de Santamaría y María Dolores de Cospedal. Aunque hay quien destaca que muchas veces se focaliza en ellas la atención cuando realmente, en su formación, conviven varias sensibilidades. En cualquier caso, los que rodean a Rajoy reconocen que este último mes no ha sido "nada fácil" y zanjan cualquier polémica incidiendo en que ante una división de opiniones, el presidente toma "la última decisión" que "todos a una" deben apoyar.
Perfil del mando único
Ante la posibilidad de que las medidas del artículo 155 se pongan en marcha, algunos cargos conservadores ya han empezado a hablar del "mando único" que Rajoy podría nombrar para coordinar a los ministerios que se verán implicados.
En el Partido Popular creen que esta persona debe contar con una serie de requisitos. Son conscientes de que abordará un panorama muy complicado y, por tanto, opinan que debería ser catalán y contar con un perfil más técnico que político. Alguien con capacidad negociadora, con un tono moderado y conciliador.
Aunque no saben seguro por quién se decantará finalmente el jefe del Ejecutivo si da este paso, muchos conservadores piensan que su compañero José Luis Ayllón podría ser el elegido. El nombre del Secretario de Estado de Relaciones con las Cortes suena con fuerza porque, además, de ser mano derecha de Sáenz de Santamaría, él ha hablado en numerosas ocasiones con los partidos catalanes y, ahora, se ha encargado de la mediación con PSOE y Ciudadanos.
Aún así, hay quien le ve algún handicap. Recuerdan que en su momento no fue designado ministro porque su labor parlamentaria se consideraba fundamental y dudan de si ahora sería conveniente apartarle de esa tarea para este cargo temporal. Por eso, en las quinielas se cuelan otras personas. Hay quien habla de Roberto Bermúdez De Castro, Secretario de Estado para las Administraciones Territoriales y también hombre de confianza de la vicepresidenta. Y hay quien no descarta que este papel se lo reserven a la ministra Dolors Montserrat, la única catalana en el Ejecutivo.