Cenas de empresa: lo que deberías saber (y muy poca gente se pregunta)
No vamos a decirte si te tienes que sentar cerca del jefe, pero sí en qué deberías fijarte antes de elegir menú
Madrid
Muchos restaurantes hacen su agosto en diciembre gracias al puente de la Constitución, a las comidas navideñas y, sobre todo, a las cenas de empresa, una tradición totalmente asentada que sirve, si todo va bien, para limar asperezas con compañeros, trabajarse ascensos o fomentar el espítiru de equipo. También puede ser que acabes sincerándote con tu jefe o que al día siguiente te arrepientas de haberle tirado los trastos a quien no debías. Aspectos que vamos a ignorar para centrarnos solo en la experiencia gastronómica, que al final es de lo que se trata.
Radiografía de la cena de empresa
Según datos de ElTenedor, la cena se impone a la comida con un 60 % del total de las reservas y el ticket medio ronda los 26 euros, siendo los restaurantes más solicitados aquellos que ofrecen cocina mediterránea o asiática (sobre todo, japoneses). El estudio revela también que el 86 % de los encuestados asegura que va a celebrar una comida de grupo en estos días (más de la mitad, cenas de empresa) con un presupuesto de entre 25 y 35 euros. Casi dos de cada tres, además, tienen la suerte de que será la propia empresa quien asuma la cuenta.
El síndrome del peinado de boda
Según la sabiduría popular, si pides hora en la peluquería y dices que te vas a casar, es muy probable que el peinado se encarezca. ¿Pasa algo parecido con los menús cerrados para cenas de empresa? "Lo lógico es que al negociar para un grupo te ofrezcan un precio más bajo", responde Rubén Sánchez, portavoz de FACUA. "Puede ser que algunos hosteleros aprovechen el pico de demanda para encarecer su oferta, pero no se puede generalizar y, además, los precios son libres".
Primeros para compartir vs. reservas 'fake'
Los datos reflejan una cierta mejora en la economía (las reservas, según ElTenedor, han aumentado un 140 % respecto a 2016), pero los años de crisis han dejado varias herencias gastronómicas: los menús low cost, la ausencia de manteles y, sobre todo, los primeros para compartir. Una fórmula informal que, en algunos casos, sin embargo, también puede servir para camuflar una oferta por debajo de lo esperado.
"Hay que pedir un presupuesto detallado porque, igual que no es lo mismo un solomillo de 100 gramos que otro de 300, tampoco es lo mismo compartir una tapa o una botella de vino entre cuatro que entre ocho", señala el portavoz de FACUA. "Puede haber muchos trucos para tomarnos el pelo y son difíciles de evitar".
Tanto si la experiencia ha sido placentera como si no, el cliente siempre puede recurrir a un arma de doble filo: los comentarios en redes sociales. Pero las malas prácticas pueden darse a ambos lados del teléfono. Javi Estévez, chef de La Tasquería (tasca de casquería fina con Bib Gourmand de Michelin) y de John Barrita (bocadillos de autor), explica que si un grupo se retrasa, "la cosa se complica".
Jerónimo Rodríguez, del Restaurante Jero de Valladolid, donde no suele faltar el pastel de cabracho, la merluza, el solomillo o el bacalao con callos, también se queja de que hay quien reserva en varios sitios y, a última hora, cancela el menos le gusta.
Una oportunidad para el hostelero
Para muchos restaurantes, de todas formas, las cenas de empresa son una gran oportunidad para ampliar su clientela. El hostelero pucelano lo tiene claro: "Siempre lo organizan dos o tres, pero yo quiero que la gente se vaya contenta porque esto es una ventana para todo el año y algunos, si les gusta, van a repetir".
Trabajar con menús cerrados, además, también les facilita mucho la vida. De hecho, hay restaurantes pequeños y medianos, como La Tasquería o John Barrita, que ofrecen la posibilidad de cerrar el local para grupos. Dependiendo del número de comensales y del precio del menú, todo se puede negociar...
Valentino Sunshine, uno de los propietarios del restaurante Abanik, que lleva meses entre los primeros puestos de TripAdvisor en Barcelona, coincide en que las cenas de grupo requieren más trabajo y organización, pero a cambio se manejan con más facilidad. "Para conocer la oferta del restaurante es mejor venir otro día", dice. "Pero en una cena de empresa es fácil que acabes probando 10 tapas diferentes: las bravas, el canelón meloso de ternera con bechamel de queso, parmesano y polvo de champiñones, la ensalada con burratina, el tataki de atún, nuestro risotto"...
Carlos G. Cano
Periodista de Barcelona especializado en gastronomía y música. Responsable de 'Gastro SER' y parte del...