Escritoras, una aguja en un pajar
Encontrar mujeres en la Academia y autoras que hayan ganado el premio Cervantes y el Nacional de Narrativa es un ejercicio de agudeza visual porque ahora mismo tan sólo 8 tienen asiento en la RAE, 4 han ganado el Cervantes y 6 el Nacional desde que se creó, en 1924. En la última etapa de ese galardón, sólo tres lo han obtenido
Madrid
Es bueno poner nombres y apellidos, aunque ya se conozcan las historias de rechazo que tuvieron que soportar sólo por el hecho de ser los que corresponden a mujeres. Vaya por delante una obviedad, el canon literario español es (como decía la publicidad machista y sin complejos de un famoso coñac superventas durante el franquismo) “cosa de hombres”. Aún es de manera mayoritaria “cosa de hombres”, aunque también es cierto que se empiezan a percibir leves aires de cambio.
(Nota a pie de página: canon es el conjunto de obras que se consideran un ejemplo a seguir. Son obras consideradas clásicas, que constituyen la denominada Alta Cultura y elegidas por significar la excelencia artística. ¡Que esta definición también plantea una cuestión que tampoco es baladí, la de por qué las mujeres tienen tan poca voz en la crítica literaria del Español!)
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Por no volver la mirada demasiado atrás, valgan tan solo los ejemplos de Emilia Pardo Bazán y de María Moliner a quienes se les dio portazo en la Academia, en la RAE, un coto cerrado para las mujeres hasta 1979, año en el que fue elegida Carmen Conde. En su terna iban otras dos mujeres que nunca pudieron tener asiento en la Academia, Rosa Chacel y Carmen Guirado.
Es un verdadero ejercicio de agudeza visual el destacar del largo listado de académicos a aquellas mujeres que lograron lo que se aparece como una verdadera proeza. En su ayuda hay que decir que facilita la vista leer el listado desde el año 1984. En realidad, hay que prestar atención a partir de Elena Quiroga, escritora santanderina que dio paso también a Ana María Matute, Carmen Iglesias, Margarita Salas, Soledad Puértolas Villanueva, Inés Fernández Ordóñez, Carmen Riera Guilera, Aurora Egido, Clara Janés, y Paz Battaner. Y no hace falta hacer más esfuerzo. ¡Es todo lo que hay en tres siglos de existencia de la institución que “limpia, fija y da esplendor”. Para los amantes de los porcentajes, las mujeres son el 20% del total.
Claro que siempre la situación puede empeorar porque más deprimente es el porcentaje de ganadoras del premio Cervantes, justo la mitad. Desde que en 1976 le fuera otorgado a Jorge Guillén, y ya van 42 los años que lleva siendo entregado, tan sólo lo han recibido 4 mujeres. O lo que es lo mismo, menos del 10% del total. Son las grandes María Zambrano, Dulce María Loynaz, Ana María Matute y Elena Poniatowska.
Y más que puede producir sonrojo: el listado del premio Nacional de Narrativa, que concede el ministerio de Cultura (fuera este independiente o unido a Educación y Deporte) en su tercer y última etapa que arranca en 1977. Desde entonces, sólo se han encontrado méritos para otorgarlo en Carmen Martín Gaite, Carme Riera y Cristina Fernández Cubas. Y es significativo, porque el Nacional suele concederse a la novela que mayor impacto ha tenido. Y sospechoso que no hubiera en todos esos años obra escrita por mujeres que no haya sido importante o decisiva.
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Javier Torres
Redactor de Política, trabaja en el Congreso y hace seguimiento de Vox. Anteriormente formó parte de...