Rajoy lanza promesas sin concretar y utiliza las pensiones para aprobar los Presupuestos

Madrid

Mariano Rajoy utilizó su táctica de siempre: la de dar una patada hacia adelante y jugar con la ambigüedad. Para ello, prometió una mejora de las pensiones supeditada a la aprobación de los Presupuestos. Al igual que con otros temas, como la reforma de la Constitución o el sistema de financiación, el presidente emplazó al resto de formaciones políticas a negociar y llegar a un pacto.

Tras el debate, los populares se mostraron bastante “satisfechos”. Muchos diputados tacharon de “positiva” la comparecencia de su jefe de filas porque les pareció que había logrado darle la vuelta la situación. Y es que entraron hablando de jubilados y se fueron del Congreso con la sensación de que las cuentas públicas salían de allí “engrasadas”. Algo que resaltaron destacando que Ciudadanos ya no pedía la dimisión de la senadora Pilar Barreiro y comentando que veían a Albert Rivera “muy dispuesto y moderado”. No le llamaron “desleal”, como en otras ocasiones.

En el PP están convencidos de que habrá Presupuestos y que contarán con los mismos apoyos parlamentarios de 2017. Confían en que el PNV, al final, también se sume por mucho que haya dicho que esperará a que se levante la aplicación del artículos 155 en Cataluña. 

Aunque para que todo ello vea la luz, lo primero que tiene que hacer Rajoy es llevárselos a los suyos. Él siempre ha hablado de hacerlo el 23 de marzo. Pero los que le rodean señalan que lo mismo debe adelantar la cita porque para esa fecha estará en el Consejo Europeo de Bruselas. Aunque también puede retrasarlo todo hasta el 27. En la Moncloa manejan la posibilidad de celebrar un Consejo de Ministros Extraordinario para ese día, tras la vuelta de su viaje a Angola.

La historia es que para entonces, preso de sus palabras, el jefe del Ejecutivo debería concretar sus medidas. Eso al menos es lo que esperan en la oposición. Aunque en su formación no aventuran nada. Dicen que lo ha dejado todo abierto de forma expresa.

Ayer, además, tras su intervención se generó cierta confusión dentro del propio Gobierno. Fue después de que Rajoy hablara de subir las pensiones mínimas según el IPC. A continuación se produjo todo un cruce de declaraciones que sólo contribuyeron a generar cierto caos. Tanto que, al final de la tarde, nadie quería fijar ningún planteamiento y menos aún apostar por algún tipo de fórmula para la revalorización.

Rajoy sabe que tiene complicado satisfacer a los pensionistas, sus mayores votantes. En su discurso de ayer dejó bien claro que tiene poco margen de gasto. Por eso los suyos están muy preocupados y cruzan los dedos para que las próximas manifestaciones no supongan una gran factura. Ahora, además, están muy pendientes del calendario: calculan que el debate de totalidad de los Presupuestos podría celebrarse a finales de abril y que el trámite parlamentario concluiría a finales de junio para su publicación en el BOE.