Los guardias agredidos llegaron a temer por su vida
“Nunca he visto tanto odio y rencor por ser guardias civiles”, manifiesta el sargento de Alsasua al tribunal
Los dos agentes reconocen a sus agresores “sin género de dudas” y relacionan a algunos de los principales acusados con movimientos aberzales
Madrid
Tanto el teniente como el sargento de la Guardia Civil agredidos en octubre de 2016 en el bar Koxka de Alsasua han relatado este martes en la segunda sesión del juicio que se celebra en la Audiencia Nacional, que llegaron a temer por su vida al ser golpeados por un grupo de cerca de 40 personas en la localidad.
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Con sus parejas, afirman que llegaron al bar sobre las 2:30 de la madrugada del 16 de octubre y al tomar la segunda consumición, sostienen que entró uno de los principales acusados, Jokin Unamuno, a quien la fiscalía pide 50 años de cárcel por lesiones y amenazas terroristas, y sin mediar provocación les increpó, al tiempo que un grupo de acompañantes les rodeaba y empezó a golpearles por la espalda.
Sostienen que cuando intentaron salir, la agresión se intensificó, con empellones, tirones y puñetazos, siempre por la espalda.
Al abandonar el local les esperaba otro grupo, de unas 20 personas más, que mientras les gritaban “txacurras”, “esto os pasa por ser guardias civiles” o “esto tendréis cada vez que bajéis del cuartel” les golpeó e hizo caer al suelo, propinándoles patadas y puñetazos.
“Unos minutos tan solo”, ha dicho el teniente, “pero el calvario se hizo eterno” mientras intentaba protegerse de los golpes y su propia novia, María José, oriunda de Alsasua, actuaba “como escudo”.
El sargento dice que nunca ha visto “nada igual”. “Yo estoy acostumbrado a situaciones de estrés”, ha añadido, “pero nunca he vivido esa situación de odio y rencor por ser guardias civiles”.
Tanto el teniente, pero sobre todo el sargento, que solo resultó contusionado, ha identificado con claridad a los agresores. El principal acusado, Oihan Arnanz, a quien el Ministerio Público solicita 62 años de cárcel, “daba patadas y puñetazos con la destreza de un experto en artes marciales”. También han asegurado que Jokin Unamuno, Adur Ramírez y Ainara Urquijo son habituales en las celebraciones del movimiento aberzale Ospa, y los dos primeros también frecuentan las iniciativas de Almehendic.
El teniente fue el peor parado. Aún lleva ocho tornillos en su tobillo y precisó ocho meses de rehabilitación. No tenía 25 años cuando sucedieron los hechos. Dice que llegó con ilusión a Alsasua. Tuvo que abandonar el municipio y esa ilusión, dice, quedó rota.