Rajoy descarta dimitir y Sánchez será presidente del Gobierno
El líder del PSOE cuenta con los apoyos necesarios para tumbar al presidente del Gobierno tras el apoyo del PNV. Cospedal justifica que el cese del líder conservador no garantiza que el PP siga en el poder
Madrid
A Mariano Rajoy le quedan horas en Moncloa. Pedro Sánchez cuenta con los apoyos necesarios para tumbar al presidente del Gobierno tras el respaldo del PNV. El líder popular no tenía salida para él, alguna para su partido. La dimisión. Ese escenario habría hecho decaer automáticamente la moción de censura para abrir una ronda de contactos con el rey en búsqueda de la investidura de otro candidato. Pero el PP no quiere pagar ese precio ni asumir ese riesgo y Cospedal ha sido la encargada de oficializar la caída de Rajoy. "No va a dimitir".
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La secretaria general del Partido Popular ha argumentado que el cese del presidente, como le pedían PNV y Ciudadanos, no garantiza que su partido mantenga el poder. "La dimisión de Mariano Rajoy antes de la moción de censura no garantiza que el PP siga en el Gobierno", ha explicado tras, visiblemente enojada, borrar todos rumores sobre una dimisión: "A quien extiende ese rumor le pido que deje de hacerlo. Suena demasiado que quieren tapar la vergüenza de haber provocado esta situación". Con este argumento, el PP da por hecho que, en el caso de que con una dimisión el rey abriera una ronda de consultas con los partidos, Pedro Sánchez partiría con ventaja. Si el monarca comprobase que el líder del PSOE es el que más apoyos reúne -180 en esta moción- y le propusiera, tendría incluso más fácil ser presidente en una votación de este tipo. En una investidura ordinaria, en segunda votación, hacen falta más síes que noes en lugar de los 176 diputados de la mayoría absoluta.
El PP deshecha así esta vía, la última, y deja que Sánchez se instale en la Moncloa. La cabeza de Rajoy no les aseguraba seguir en el poder. Por eso, Cospedal se ha afanado en explicar la falta de garantías de esa hipotética dimisión. "Sería un ejercicio estéril y no beneficiaría en nada al interés general de España y del PP que, en este caso, van de la mano. Si el propio Rajoy pensara que su dimisión fuera buena para el interés general de España o el PP haría lo que fuera menester pero la aritmética parlamentaria actual impediría investir a otro presidente del PP", ha remarcado.
Amplio respaldo a Sánchez
Pese a las dudas iniciales, el líder del PSOE, si nadie cambia su voto por sorpresa, saldrá este viernes del Congreso como nuevo presidente del Gobierno. La secuencia de la jornada ha sido de vértigo. Dentro y fuera del hemiciclo y con la calculadora mirando al PNV. Sánchez ha mantenido un duro duelo dialéctico con Rajoy, en el que ha acorrolado al popular por los casos de corrupción y ha logrado dos golpes de efecto. El primero, exigir su dimisión por la sentencia de la Gürtel y comprometerse a retirar la moción si éste accedía. El socialista desterraba así la idea repetida por el PP de que quería ser presidente a toda costa y, en el caso de que Rajoy hubiera dimitido, se anotaba la victoria política.
El segundo as venía con los presupuestos. Sánchez ponía patas arriba el Congreso al comprometerse a respetar las cuentas aprobadas por el PP, Ciudadanos y PNV y que el propio PSOE rechazó. Una decisión para seducir a los nacionalistas vascos, que llevaban días deshojando la margarita sin dar pistas pero que querían mantener los acuerdos alcanzados, especialmente en materia de pensiones. A mediodía, Andoni Ortuzar anunciaba que ya había una decisión y que la comunicaría el portavoz, Aitor Esteban, en su intervención parlamentaria. Minutos antes de esa alocuión, el PNV comunicaba a PP y PSOE que apoyaría la moción de censura. A Sánchez le salían las cuentas y Rajoy se había esfumado.
En ese momento, se retomaba la sesión de tarde en el Congreso con la ausencia del presidente. Moncloa confirmaba minutos más tarde que el presidente no tenía intención de acudir a sede parlamentaria en toda la tarde. Desaparecido, los rumores se desataban y Sánchez iba sumando apoyos de forma oficial. Los nacionalistas catalanes -PDeCAT y ERC-, Bildu y hasta Coalición Canaria pasaba del 'no' a la abstención. El líder socialistas contaba con 180 votos a favor frente a los 170 en contra y Ciudadanos quedaba retratado como el único partido que no censura a Rajoy.
Los ánimos en el Congreso se han relajado. Sánchez y Pablo Iglesias han intercambiado piropos y compromisos. El socialista ha pedido al dirigente morado comenzar a trabajar con humildad y con buenas dosis de realismo para neutralizar la crítica de que la izquierda no puede gobernar. "Que se vea que pudimos y supimos gobernar desde la izquierda, con humildad". Iglesias ha recogido el guante para empezar una nueva etapa en España. Le ha pedido disculpas por si no han podido trabajar mejor en el pasado. "Así quizá nos habríamos podido evitar algunas cosas", se ha enmendado.
Rajoy ha permanecido ocho horas encerrado en un restaurante. Antes de las 14 horas salió del Congreso y pasadas las 22 horas ha salido. Ausente del Congreso la tarde que perdía la presidencia del Gobierno. Preguntada Cospedal por el futuro político de Rajoy en el PP, ha respondido que los asuntos relacionados con la estructura del partido se comunicarán "en el momento oportuno" porque ahora no es el momento de hablar del partido. "No es el momento de esa cuestión ni de hablar de la situación personal de Mariano Rajoy", ha zanjado con dudas.
José M. Romero
Cubre la información de cine y series para El Cine en la SER y coordina la parte digital y las redes...