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Carles Puigdemont

Las razones de Alemania para rechazar la acusación por rebelión: "No hubo batallas callejeras ni incendios ni saqueos"

La resolución del tribunal de Schleswig-Holstein cuestiona la acusación por rebelión, entendiendo que ni existió la violencia suficiente en Catalunya, ni los disturbios fueron buscados por la cúpula soberanista, ni Puigdemont participó activamente

Puigdemont en Berlín en abril de este año / Hannibal Hanschke (Reuters)

Puigdemont en Berlín en abril de este año

Madrid

"No hubo batallas callejeras, incendios ni saqueos a gran escala provocados inmediatamente por el referéndum del 1 de octubre de 2017. No se usaron gases lacrimógenos ni cañones de agua. No llegaron a usarse armas de fuego". La resolución de los jueces alemanes de Schleswig-Holstein hecha pública ayer niega la entrega de Carles Puigdemont por un delito de rebelión y cuestiona el análisis que la Fiscalía, el juez Llarena y el Tribunal Supremo han hecho hasta la fecha de los disturbios callejeros en los que han basado la acusación por este delito contra la cúpula del procés independentista.

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Para los tres magistrados alemanes que han tomado la decisión definitiva, ni la violencia fue tan grave como para doblar el brazo al Estado español ni Carles Puigdemont tuvo una intervención directa o fue benevolente y permisivo con los disturbios en la búsqueda de la independencia. No fue el "líder espiritual" de los disturbios del 20 de septiembre o del 1 de octubre, dicen los jueces, y "no está claro" que Puigdemont y su Govern optasen por la "revolución violenta" como método para independizar Catalunya de España.

La resolución hecha pública a través de la página web de Schleswig-Holstein - a la que le faltan varias páginas - explica que la violencia "no fue el método con el que los acusados querían lograr la independencia catalana", y que buscaban la secesión "por medios democráticos, llevando a cabo" un referéndum. Los magistrados reconocen, tras examinar las imágenes aportadas por el Tribunal Supremo, que durante la celebración del referéndum ilegal del 1 de octubre hubo acciones violentas contra la Policía pero no ven "más allá" de una posible sanción a los "perpetradores reconocibles" en los vídeos, sin apreciar "por qué el orden constitucional del Estado español se habría visto seriamente amenazado por estas acciones individuales".

Imagen del 20 de septiembre de manifestantes frente a la Consellería de Economía

Imagen del 20 de septiembre de manifestantes frente a la Consellería de Economía / Alejandro García

Imagen del 20 de septiembre de manifestantes frente a la Consellería de Economía

Imagen del 20 de septiembre de manifestantes frente a la Consellería de Economía / Alejandro García

Allí donde el juez Llarena ha visto siempre una voluntad inequívoca de los líderes del procés de permitir, instigar e instrumentalizar la violencia para conseguir sus objetivos, los jueces alemanes de Schleswig-Holstein no ven ni violencia suficiente Éni un papel protagonista del expresident Carles Puigdemont. "Él no era el planificador u organizador", dicen, y tampoco "partidario de una violencia concreta previsible". Los disturbios sucedieron "espontáneamente y de forma impredecible" por lo que los acusados "no pudieron controlarlos ni influir en ellos".

Ni batallas ni incendios

Los magistrados alemanes analizan la información enviada por el Tribunal Supremo y añaden que "no hubo batallas callejeras, incendios ni saqueos a gran escala provocados inmediatamente por el referéndum del 1 de octubre de 2017. No se usaron gases lacrimógenos ni cañones de agua. No llegaron a usarse armas de fuego" para desestimar, junto con otros argumentos, que exista un delito de rebelión equiparable a la "alta traición" que contempla el artículo 81 del código penal germano. 

Unos razonamientos que chocan frontalmente con lo que tanto el magistrado Pablo Llarena como la Fiscalía e incluso la sala de apelaciones del Tribunal Supremo que ha supervisado el caso han defendido a lo largo de ocho meses de instrucción: en su auto de procesamiento, Llarena acusó a la cúpula del procés "no ya aceptar el riesgo de una violencia claramente representable, sino directamente impulsar a una masa ciudadana a que desborde por la fuerza cualquier intención de contención que pueda provenir del Estado".

Las opciones de Llarena

El juez Pablo Llarena no tomará una decisión hasta haber estudiado la traducción oficial de la resolución, aunque el magistrado tendrá dos opciones por delante: o aceptar que Puigdemont sea entregado por rebelión o renunciar a su entrega y esperar otro momento más propicio. Fuentes del alto tribunal dan por hecho que el magistrado en ningún caso aceptará que el expresident catalán sea entregado sólo por malversación y que la decisión que tome no incluirá una aceptación de este escenario impuesto por Alemania.

Concentración frente a la cárcel de Lledoners el 11 de julio

Concentración frente a la cárcel de Lledoners el 11 de julio / Gemma Aleman

Concentración frente a la cárcel de Lledoners el 11 de julio

Concentración frente a la cárcel de Lledoners el 11 de julio / Gemma Aleman

Es un escenario que, hasta el momento, el magistrado había rechazado incluso en sus propios autos: el pasado 5 de diciembre, por ejemplo, decidió apartar a Bélgica del caso al ver peligrar precisamente la acusación por rebelión, alertando de que una acusación heterogénea a los líderes del procés pondría en peligro "la continencia de la causa", incluso dejando en "peor derecho" a los encarcelados que, como Oriol Junqueras, sí que están acusados por este delito.

 
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