Sergio Ramos jamás pasa desapercibido en el Sánchez Pizjuán

Madrid

La relación entre Sergio Ramos y el Ramón Sánchez-Pizjuán acumula unos últimos años muy convulsos. El capitán del Real Madrid suele ser de los nombres propios más destacados de los duelos entre Sevilla y Real Madrid en la capital andaluza ya sea por cosas positivas o negativas.

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Desde que el camero abandonase la disciplina sevillista a finales de agosto de 2005 para recalar en el equipo madridista, muchos aficionados hispalenses le recriminan su decisión y en algunas ocasiones le han faltado el respeto seriamente.

Y es que hubo un tiempo en el que Sergio Ramos incluso llegó a ser aplaudido por gran parte de la grada del Sevilla, eran aquellos años en los que formaba parte de aquella magnífica selección española que hizo a todos campeones de Europa y del mundo.

Sin embargo en los últimos años el ambiente se ha ido caldeando. El pasado ocho de noviembre de 2015, Ramos se lesionó del hombro al caer mal tras marcar de chilena en el Pizjuán. Al retirarse lesionado algunos ultras sevillistas profirieron cánticos en su contra algo que no gustó nada al jugador madridista que afirmó lo siguiente al terminar el partido. "Ha sido patético y lamentable. Cuando muera meteré dos banderas en mi lápida: la del Real Madrid y la del Sevilla. Yo guardo el cariño y las vivencias que he tenido aquí desde niño. Lo hago con el respeto que no tienen otros".

Pero todo se puso peor en la siguiente temporada. El Real Madrid afrotaba en tres días un doble duelo ante el Sevilla en el Pizjuán. En el primero los blancos lograron el pase a la siguiente ronda de la Copa del Rey al empatar a tres goles, pero ese día todo saltó por los aires. Tras recibir insultos por parte de los 'Biris' durante todo el partido, Sergio Ramos, tras anotar un gol de penalti a lo 'panenka', se señaló su nombre a la vez que pedía perdón al resto de la grada. Algo que caldeó el ambiente y que el propio jugador quiso explicar tras el partido. "Cuando se acuerdan de tu madre desde el primer segundo, esa gente no merece respeto ninguno".

Tres días después el Real Madrid caía derrotado ante el Sevilla y perdía un invicto que había mantenido durante 40 partidos con Zinedine Zidane. En ese encuentro, Sergio Ramos fue recibido de la peor manera posible, con cánticos y silbidos desde el primer minuto. Para peor suerte del capitán blanco, anotó un gol en propia puerta clave en la victoria sevillista. 

Por último, en la temporada pasada y en un duelo intrascendente debido a que el Real Madrid llegó a Sevilla pensando únicamente en la final de la Champions que afrontaría días más tarde ante el Liverpool, Ramos fue protagonista absoluto del encuentro al fallar un penalti, marcarse un gol en propia y anotar un gol en una pena máxima que sí acertó en el 95 y tras la cual pidió perdón.