La película Isla Mínima redescubre el Bajo Guadalquivir

Sevilla

La película sevillana Isla Mínima ha puesto en el punto de mira al Bajo Guadalquivir. Al triángulo formado por Isla mayor,Isla menor y la Isla mínima. Una de las mejores películas del año ha provocado también un interés en conocer la zona, muy cercana a Sevilla capital, y que para muchos es una gran desconocida. Ahora se quiere promocionar su naturaleza y también una ruta del arroz. El incremento de visitantes es ya un hecho.

La película sevilla  con 17 nominaciones al Goya, ha descubierto para muchos una zona de alto interés mediomental: El Bajo Guadalquivir.

Se trata de una zona de marismas que tras llegar Franco al poder decidió que en plena posguerra, con tanta hambre, se probara sembrar arroz. Era el segundo intento tras los ingleses que antes de la guerra intentaron sacar el proyecto. Fue el general Queipo de llano, el que implicó a su amigo Rafael Beca Mateos en esta aventura. El éxito supuso el inicio del cultivo del arroz de forma intensiva y repoblar la zona. Fueron los más necesitados los que aceptaron en reto. Era un trabajo duro en tierra hostil y solo el hambre les motivaba.

Es la voz de Juanma Salas, Técnico de la Agencia de Medio Ambiente y Agua de Andalucía, y que por culpa de la película se ha convertido en guía de la zona para sus amigos.

Explica este biólogo también que El tiempo ha cambiado muchas cosas, ahora se siembra por avionetas. Pero esta zona de la Película Isla Mínima también tiene otro problema: los mosquitos.Hay que fumigar y pese a todo, el mosquito forma parte de la zona. Tanto que le han hecho un monumento gigante frente al centro de interpretación de la dehesa baja. Es un recuerdo constante de los estragos del paludismo.

Si visitan la zona, verán que una gran diversidad de aves, lagunas, centenares de flamencos tomando el sol y cigüeñas a miles, colgadas de los árboles. Una naturaleza viva que contrasta con unos pueblos que se hicieron al calor del cultivo del arroz. Deprisa y corriendo, sin belleza urbana.

Y es que el director de la película, el sevillano Alberto Rodríguez, reconoce que por motivos del guion, había que modificar esta atmosfera y adaptarla a un thriller como este, con una serie de asesinatos que no combinaban con la las aves.

Ahora, tras el éxito de la película La Isla Mínima, se ha impulsado una ruta de visitas que culminen con el típico arroz con pato. Es la especialidad de los bares y restaurantes que están notando un incremento de clientes.

En los pueblos de la zona de Isla mínima, los más jóvenes han sido los primeros en ver la película. Ha gustado.