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Cuñados, pistas falsas y neumáticos: dos años investigando el incendio de Seseña

Dos años después del incendio del cementerio de neumáticos de Seseña, la investigación judicial mantiene un único imputado y la Guardia Civil apunta a un conflicto entre cuñados, empresarios del sector, con una deuda de 200.000 euros entre ellos

Imagen del incendio en el vertedero de neumáticos de Seseña que se inició el 13 de mayo de 2016 / EFE

Madrid

"Los primeros indicios apuntan a que no es posible que este tipo de combustible se inicie de forma espontánea, sobre todo después de más de una semana de lluvias". El primer informe del Servicio de Protección de la Naturaleza (SEPRONA) de la Guardia Civil sobre el incendio del cementerio de neumáticos de Seseña está fechado pocos días después de ese trece de mayo de 2016 y, ya entonces, los agentes tenían claro que detrás de las llamas y las columnas de humo estaba la mano del hombre. Dos años después, la única hipótesis que manejan los investigadores es una venganza entre cuñados - empresarios del sector - por una deuda económica, con el único sospechoso en libertad.

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El único acusado, el empresario Javier M.P, fue detenido e interrogado en mayo del año pasado y dejado en libertad con cargos. Pocos avances se han producido desde entonces en la causa, mientras la Guardia Civil defiende su tésis en un informe de esa fecha: que la mala relación de este empresario con su cuñado, que supuestamente le debía más de 200.000 euros, le empujó a iniciar el incendio para evitar que se hiciese con la posible gestión de esos neumáticos. "Existen indicios para pensar que, por despecho o por venganza de Javier M hacia su cuñado, pudo tener participación" en el incendio.

La teoría de la Guardia Civil, según el sumario, se basa en varias pruebas: los pinchazos telefónicos, las declaraciones como testigos de sus socios, el hecho de que su teléfono le ubique en el lugar de los hechos la noche del incendio y la sospecha de que actuó conchabado con un testigo protegido que durante meses dio pistas falsas a los agentes para intentar dirigir la investigación contra el cuñado.

Imagen del incendio

Imagen del incendio / Ismael Herrero

A lo largo de la instrucción, la Guardia Civil ha tomado declaración a una decena de personas: los socios del acusado, el cuñado al que supuestamente intentó perjudicar, su hermana, el viceconsejero del ramo de la Junta, policías locales, el vigilante del cementerio de neumáticos, un vigilante de una empresa cercana y una trabajadora de la gasolinera más próxima al incendio.

"El oro negro"

La Guardia Civil sitúa el origen del incendio hasta tres años antes, en Ciudad Real: un empresario del sector de los neumáticos decidió hacer negocios con su cuñado, enviando los neumáticos que él almacenaba a la planta del marido de su hermana en Argamasilla de Alba. Un negocio que, según el acusado y sus socios, no salió bien y generó una deuda de 204.500,02 euros: "Hay que meterle mano a tu cuñado", se decían los socios por teléfono. "Usted nos ha tratado como el que tiene la lepra, dándonos largas y quitándose de en medio. Le importa un pimiento si tenemos que cerrar. Mi empresa y yo en particular le importamos una M", decía la carta con la que rescindían el contrato entre ambas empresas.

Factura que refleja la supuesta deuda entre los cuñados

Factura que refleja la supuesta deuda entre los cuñados / Cadena SER

Fue uno de los socios del acusado quien, en su declaración ante la Guardia Civil como testigo en marzo del año pasado, explicó que fue el cuñado quien acudió a ellos para entrar en el negocio de las ruedas "ya que era un negocio con mucho futuro que iba a ser el oro negro". En pleno conflicto, además, un hermano del acusado había sido despedido de la empresa de su cuñado y estaba pendiente de juicio.

Testigo protegido

Jueves 16 de junio, 11.54 horas. El Centro Operativo de Servicios (COS) de la Comandancia de Ciudad Real recibe una llamada de una persona que afirmaba tener información sobre el incendio de Seseña: apuntó al cuñado del ahora imputado, a un ciudadano brasileño, que tenían "apalabrada" la gestión del cementerio de neumáticos y que les escuchó decir que "conocía a unos latinos que por dos o tres mil euros podrían hacerlo", planeando quemar el cementerio para que la administración de Castilla-La Mancha se diese prisa en adjudicar el contrato.

Primera imagen del incendio tomada por la trabajadora de una gasolinera

Primera imagen del incendio tomada por la trabajadora de una gasolinera / Cadena SER

Fue este testigo protegido quien les puso sobre la pista de la planta de Argamasilla y la pelea entre cuñados empresarios del sector, y es este mismo testigo protegido a quien acusan los agentes de conchabarse con el imputado para darles pistas falsas contra su cuñado. "J.M es conocedor de la información directa sobre los hechos denunciados por el testigo protegido" a través del propio testigo, dicen los agentes en un informe, poniendo posteriormente toda su información en tela de juicio. Incluso, dicen, tienen constancia de que el imputado ha amenazado a su cuñado a través de este testigo.

Cadena de despropósitos

Para cuando ardieron casi 90.000 toneladas de caucho, el cementerio de neumáticos de Seseña ya tenía varios antecedentes y era un viejo conocido tanto de la Justicia como de la administración local y regional. Según documentación obrante en el sumario, la empresa DISFILT se hizo con la gestión de los neumático de Seseña en 2001, y desde entonces su dueño fue detenido dos veces, condenado por un juzgado de Toledo en 2008 por un delito contra los recursos naturales y con otro juzgado, este de Illescas, declarando el depósito como abandonado.

Según esta misma documentación, el ayuntamiento de Seseña firmó un convenio con Desechos y Gestion de Ruedas Iberia SL pero lo rompió en febrero de 2016 después de ser incapaz de deshacerse de más de once mil toneladas de neumáticos, alegando la bajada del precio del petróleo, del acero y del combustible para horno de cementeras. Para cuando las llamas calcinaron las noventa mil toneladas restantes, el gobierno de Castilla-La Mancha preparaba un nuevo modelo de gestión pública para Seseña y otros cementerios de neumáticos de la región.

Una cámara de las vías del tren captó la primera llamarada de madrugada

Una cámara de las vías del tren captó la primera llamarada de madrugada / Cadena SER

Para entonces, según declaró el vigilante de la instalación ante la Guardia Civil, el cementerio de neumáticos sólo estaba custodiado por el día, las cámaras estaban desconectadas, el acceso a través de las frágiles vallas era relativamente fácil y que "un neumático no se quema así como así".

 
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