Podemos, ¿una crisis de crecimiento?

Madrid

Podemos es un partido que se ha hecho mayor tan deprisa que ha quemado en pocos meses etapas que a otros partidos les ha llevado años de maduración. Ha llegado a estar primero en las encuestas de unas elecciones generales. Yo recuerdo que en ese momento la periodista Lucía Méndez escribió que Podemos era la herramienta que los ciudadanos habían encontrado para votarse a sí mismos. O sea, el sueño de cualquier partido político, que no se le vea como un partido político.

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Hubo un tiempo en que Podemos no era percibido como partido, por tanto se ahorraba el desprestigio de una organización política y sin embargo recogía todos los beneficios de ponerse frente a los demás y pintar una raya fronteriza para no intoxicarse y aparecer como un grupo virginal y puro.

A Podemos le interesa que su crisis sea de crecimiento. Que dentro del mundo adánico según el cual todo está ocurriendo en España por primera vez, y estamos viviendo la transición real después de la impostura del 78, ellos también necesitan atravesar su primera crisis. Y por tanto se nos habla de la belleza, del amor, y de que la gente no soporta que ellos se quieran y se besen. Antes de Podemos la gente en España se quería y se besaba. Yo conozco a gente que incluso ha llegado a hacer el amor. Con mayor o menor fortuna, eso sí.

El comunicado de destitución del número 3, Sergio Pascual, ha sido especialmente duro. Porque no sólo se dirige a Pascual. Hay más afectados detrás. Cuando hace unos días Errejón sale en Twitter a acallar rumores sobre su mala relación con Iglesias, Iglesias dice que es un honor ser secretario general con compañeros como él. Le recuerda quién manda y lo incluye con los demás, disolviéndolo.

Y cuando Iglesias dice que aspira al control único y fuerte de Podemos equivoca el tiro: todos los partidos, hasta los más monolíticos, están vivos gracias a sus tensiones internas. Si Podemos fue en su momento la herramienta que la gente tenía para votarse a sí misma, hoy es el espejo en que la gente se mira para saber que los milagros no existen. O sea que Peter Pan se está haciendo mayor. Lo cual es bueno, para Podemos y para todos. Porque la normalidad y lo común, que es lo que ellos defienden, es esto también. Donde hay amor suele haber guerra.

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