Black Islands: guitarreo y lírica taurina, como terapia contra la(s) crisis
El segundo disco de la banda barcelonesa les sitúa en el centro de la renovada (y ruidosa) escena punk-rock
Fuego y Chinchetas: Entrevista a Black Islands (12/03/2018)
21:07
Compartir
El código iframe se ha copiado en el portapapeles
<iframe src="https://cadenaser.com/embed/audio/460/001RD010000004949030/" width="100%" height="360" frameborder="0" allowfullscreen></iframe>
Madrid
Montaña mágica es uno de los temas clave de Disco nuevo (Mama Vynila Records, 2018), el segundo álbum de los barceloneses Black Islands. Una canción que, según cuentan Javier Adrover y Manu Hego, no solo va de "romper corazas y construir una casa" sino que da detalles sobre la propia génesis del grupo.
Pero su metáfora de la maza y el martillo, en parte una respuesta a las "situciones personales complicadas", puede tener más recorrido del que parece a simple vista porque su fórmula —ahora íntegramente en castellano— comparte ruido guitarrero con bandas como Cala Vento, Biznaga o Futuro Terror. Grupos que han agitado y renovado la escena punk-rock independiente, acaparando cada vez más protagonismo (aunque a mucha distancia de la explosión de la música urbana).
Pero, ¿por qué otra vez tantas guitarras, como en los 70 (con el punk), en los 80 (con el post-punk) o en los 90 (con el grunge)? "Debe de ser fruto de la crisis, que influye en el arte y en la sociedad. En periodos de crisis, históricamente, la contracultura ha empezado a bullir. Es una forma de expresar la frustración", reflexiona Hego.
Tras la publicación de su debut, el homónimo Black Islands (2014), han pasado más de tres años, un tiempo en el que aseguran "no haber parado" y que les ha servido para "dejar que las cosas se asentaran". Explican el cambio de idioma desde la necesidad de hablar de su entorno ("el castellano te saca cosas del inconsciente que no esperabas") y, aunque no reniegan del inglés ("le debemos mucho a esas bandas que nos hicieron coger una guitarra en su día"), sí se sienten orgullosos de haber alcanzado "un discurso más propio y menos mimético".
El mejor ejemplo quizá sea la letra de Reino Animal, un trallazo guitarrero inspirado en el mundo taurino que, sin embargo, juega con la ambigüedad moral: "Cuando clavas una espada / en la espalda de un animal / y apareces manchado de sangre/ por una puerta gigante / hasta que te señalan / como lo peor de España / y te dicen al oído que si quieres ver toros / vete a la montaña".
El disco, mezclado por Santi garcía en Ultramarinos Costa Brava, cuenta además con dos colaboraciones especiales: la de sus amigos de Las Ruinas en Chaqueta de Entretiempo y la de Conxita Herrero (Tronco) en Juventud Perdida: "¡Me encanta su voz! Y es muy excitante sacar a alguien de su zona de confort, pero es que además hizo uno de los pasajes más bonitos del disco".
Carlos G. Cano
Periodista de Barcelona especializado en gastronomía y música. Responsable de 'Gastro SER' y parte del...