Gastro
ENTREVISTA A MIKEL ITURRIAGA

"¿Por qué todos me preguntan qué le daría de comer a Pablo Iglesias?"

El periodista vasco acaba de publicar un nuevo libro: 'Las 202 mejores recetas de El Comidista'

'Selfie' con la nevera abierta. / MIKEL ITURRIAGA

Madrid

Mikel Iturriaga (Bilbao, 1967) acaba de publicar su tercer libro: Las 202 mejores recetas de El Comidista (Plaza & Janés, 2014). Un compendio de ensaladas, platos de carne o cócteles con el que, muy posiblemente, triunfarás ante tu madre o tus amigos.  Pero en el peor de los casos, te echarás unas risas porque, tal y como demuestra en este cuestionario que ha respondido vía correo electrónico, su dominio del humor iguala (o supera) al del punto de sal.

 ¿Qué es lo último que has aprendido sobre cocina?

Que las setas salteadas salen mucho mejor si las mojas, las pones a mogollón en la sartén, las tapas, dejas que se hagan a fuego suave con su propio vapor y las terminas con aceite y sal. Esto, que no es un invento mío sino de Harold McGee, viola todas las normas tradicionales del salteado de setas, que mandan fuego vivo, aceite desde el principio y setas secas. Pero el hecho es que quedan mejor, menos grasientas.

¿Cuál es la dedicatoria más freak que te han pedido?

Lo más raro que he tenido que hacer es firmar un libro infantil de cocina que no era mío: el padre en cuestión se empeñó porque a su hija de ocho años le iba a hacer ilusión (¿¿¿???). Me imaginé a la niña leyendo Aló Comidista y pensé en llamar a los servicios sociales, pero luego pasé de todo por no meterme en camisa de once varas.

¿Alguna vez te has congelado el bocadillo?

He practicado algunas perversiones en mi vida, pero esa nunca. Aunque debo reconocer que Gemma Nierga, musa del producto congelado, me dio a probar uno en un programa y no estaba mal. Llevaba jamón y tomate. O eso parecía.

¿Qué menú de Nochevieja le propondrías a Pablo Iglesias?

¿Por qué todo el mundo me pregunta qué le daría de comer a Pablo Iglesias? ¿Le veis tan delgado? A ver, si me lo dices hace unos meses, te habría dicho algo muy viejuno, tipo rollitos de jamón con huevo hilado, porque no me caía muy bien. Pero poco a poco, y gracias a los enormes esfuerzos que están haciendo los partidos (y los medios) tradicionales por pintarle como una especie de Belcebú, me va cayendo mejor. Así que haría un esfuerzo y me curraría un menú de gala, con una buena ensalada de entrante, unos picantones con frutas secas y una tartaca de chocolate. Y todo regado con abundantes dosis de alcohol, que lo necesitará para afrontar la que se le viene encima.

¿Cuál ha sido para ti el momento gastronómico más destacado de 2014?

Una comida que hice en Fez a primeros de año que fue un auténtico recital de la mejor comida marroquí. El descubrimiento del Bar Casi, un sitio de menú de 10 euros cerca de donde trabajo, también ha sido un acontecimiento. Bueno, y el cochinillo PERFECTO que me tomé el otro día en La Portada de Mediodía, en Torrecaballeros (Segovia).

¿Qué le pides a los Reyes Magos?

La paz en el mundo, resacas más llevaderas y unas botas que no me hagan daño.

¿Te has aclarado ya con la temporada de la judía verde?

Nada, no hay forma. Se supone que es el verano, pero hace dos semanas compré unas judías verdes made in Cataluña extraordinarias. Yo creo que es una conspiración y que los extraterrestres están detrás del tema. ¿Recuerdas La invasión de los ultracuerpos, que criaban en una especie de vainas? Pues me da que va por ahí.

Si te llamasen de Zarzuela para ofrecerte trabajo como cocinero, ¿aceptarías? ¿Y si te llaman de la Casa Blanca? Creo que hay una vacante...

No aceptaría ni muerto una plaza como cocinero ni en la Zarzuela, ni en la Casa Blanca, ni en ningún lado. Me parece un oficio durísimo y yo a mi edad ya estoy en modo jubilación anticipada.

¿Qué opinas de las aplicaciones culinarias de las impresoras 3D?

Estas impresoras me encantan como concepto, pero los resultados que he visto por ahí son espantosos. Pero bueno, los hombres de las cavernas tampoco pintaban como Velázquez, y supongo que en este terreno estamos en una fase igual de inicial.

¿Cuál ha sido la entrada más exitosa del año en El Comidista?

La supermegaexclusiva mundial de cómo iba a ser la nueva Thermomix, que pude publicar gracias a una filtración. Esto suena un poco a los papeles de Wikileaks, pero es que la empresa que fabrica esta máquina guarda sus secretos como la CIA, más o menos.

Estudiaste cocina en Hofmann. ¿Quién es tu refrente en la comedia?

¿Insinúas acaso que soy un comediante? ¿Un chistoso? ¿Un payaso? Vale, entonces está bien. Me encanta el humor de gente como Especialistas Secundarios –cuantísimo echo de menos su programa en Radio Barcelona–, El Mundo Today, Toni Martínez, Berto Romero, Ignatius Farray, los Chanantes, Chiquito de la Calzada... No debería reconocer que también me hacen gracia la Antonia y la Omaíta de Los Morancos, pero hala, ya está, ya he salido del armario y he confesado mi más oscura perversión.

Afirmas que los precios del marisco bajan hora a hora, a medida que se acerca el momento del cierre, en la tarde del 24 de diciembre. ¿Has hecho la prueba?

Yo personalmente no, pero una persona en la que tengo total confianza –mi ayudante en El Comidista, Mònica Escudero–, sí. Y tiene bastante lógica. Pasa a menudo en los mercados con el pescado y el marisco, antes del cierre, y no veo por qué no va a ocurrir lo mismo en Nochebuena. Eso sí, como ya advertía en aquel artículo, esperar a que bajen los precios no es una estrategia segura al 100 %, sino más bien una operación de riesgo.

La cocina se pone en bolas, Arte, chocolate y sexo anal. Luego dices de tus lectores...

Yo nunca he dicho que esté menos obsesionado por el sexo y por lo estrambótico que mis lectores. De hecho, creo que lo estoy algo más. Supongo que es lo que nos pasa a la gente aburrida.

¿Qué haces para desconectar cuando estás harto de la cocina?

Muchas cosas: pasear, beber, leer el Cuore, ver Sálvame Deluxe... En general cosas que me vacíen el cerebro (aún más).

Has detectado alguna tendencia novedosa en el consumo de productos alimentarios en el último año? ¿Más cosas ecológicas, más legumbres, más gin-tonics?

Lo del gin-tonic yo creo que ya ha tocado techo, y está a punto de ser viejuno otra vez. Detecto más legumbres y más casquería; el asunto de la proximidad está empezando a ser mainstream en los supermercados, al menos en Barcelona, y por desgracia, la paranoia anti-gluten cabalga desbocada. Supongo que lo único que nos falta es que se ponga de moda el kale, pero tiempo al tiempo.

¿Qué recuerdas de Burkina Faso (un año después)? ¿Sigues comprometido con la causa? ¿Volverías?

Recuerdo bastantes cosas, que me vienen muy bien cuando me da el ataque de niño malcriado del Primer Mundo y empiezo a lloriquear por chorradas. Sigo apoyando a Oxfam Intermón en todo lo que puedo: hace poco participé en una mesa redonda en Madrid con gente que sabe un montón sobre el problema del hambre, como el escritor Martín Caparrós. Creo que a mí me invitaron por mi aspecto físico más que por mis conocimientos, pero bueno, me sirvió para entender qué sentían las azafatas del TeleCupón. ¿Si volvería a Burkina? De vacaciones, no, la verdad. Para ayudar a la gente de allí, de cabeza.

Carlos G. Cano

Carlos G. Cano

Periodista de Barcelona especializado en gastronomía y música. Responsable de 'Gastro SER' y parte del...

 
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