Begoña Rodrigo: “La Salita ya iba bastante bien, pero ahora va mejor”
- Dos catalanes se disputan la final de Top Chef: David García y Marc Joli
- Begoña Rodrigo reconoce que a su restaurante ya le iba bastante bien y ahora, mucho mejor
Madrid
A pocas horas de la final de Top Chef, que esta noche (Antena 3, 22.40) se disputarán los catalanes David García y Marc Joli, la ganadora de la primera edición reflexiona sobre la fama, le echa un capote a Honorato y reconoce haber vivido un año muy intenso: “El restaurante ya iba bastante bien, pero ahora va mucho mejor”.
Begoña Rodrigo (Valencia, 1975), la chef de La Salita, ve como favorito a David García (“nunca se pone nervioso y eso, en un programa en el que luchas contra el tiempo, tiene un valor que ni te imaginas”), pero recuerda que Marc Joli se crece ante la adversidad.
¿Te has hecho más famosa de lo que querrías?
Cuando ganas un programa como Top Chef, que es un producto televisivo, tienes que decidir si quieres seguir siendo eso o si quieres reorientar tu carrera de manera más profesional. Yo no es que quiera quitarme la etiqueta de Top Chef, porque tengo mucho que agradecerle, pero para mí lo interesante siempre ha sido cocinar. El calentón del principio se va pasando, pero yo no buscaba ser famosa, sino mostrar mi trabajo y el del restaurante, y lo he conseguido.
Antes nadie hablaba de ti y ahora no dejas de recibir buenas críticas. ¿Qué fallaba?
La Salita no está en el centro, así que si quieres venir, te tienes que desplazar, y nosotros decidimos no pagar por salir en ningún sitio. Con eso conseguimos una clientela muy fiel y una marcha normal, pero los medios no te tienen en cuenta. En Valencia hay una política con lo que no he casado y sigo sin casar. Supongo que yo misma me he cerrado puertas. Pero bueno, visto en perspectiva ha ido bien porque hemos tenido tiempo para evolucionar, para equivocarnos y para ir forjando una identidad que ahora ya tenemos muy clara.
¿Top Chef te hizo mejor cocinera?
¡Ufff! No. Un programa de televisión no te hace ni mejor ni peor persona, y tampoco mejor o peor cocinera. Me sirvió para detectar carencias, eso sí, porque cuando estás en tu zulo no eres capaz de ver tus propios fallos. También a, recibir a más gente y poder comprar mejores productos, te das cuenta de que tienes más posibilidades de lo que tú misma creías. Pero eso pasa en cualquier trabajo: si recibes feed-back positivo, te embalas y sacas lo mejor de ti.
En tu regreso a Top Chef mostraste un trampantojo de copa de cava que, en realidad, era gazpacho. ¿Lo sigues teniendo en carta?
No porque ya no estamos en temporada de tomates.
¿Qué platos de tu actual carta generan más felicidad entre los clientes?
Mi plato preferido siempre es el último que he hecho, y ahora tengo una fideuà de plancton que es una auténtica barbaridad.
¿Fideuà verde?
¡Fosforescente, sí! Muy chula…
¿Y qué más?
Un guiso de setas con vino palo cortado y garrofón, que es una vaina muy típica de Valencia que suele usarse en la paella, pero que yo trabajo en crudo. También unas esferas de queso ahumado y nuestra versión del cocido navideño, con endibias salteadas y jugo dulce de cocido.
Las esferas las harás con alginato, supongo…
Sí.
¿Fue ese el momento más divertido de la temporada?
La verdad es que sí. Pero bueno, yo he trabajado con Honorato en Mallorca y me parece un tío divertidísimo. Su trabajo consiste en gestionar hoteles y el tío no para. Desde las ocho de la mañana hasta las cuatro de la madrugada: pum-pum, pum-pum… Que no tenga mucha idea de lo que es la cocina de polvos, como la llaman por ahí, es una cosa, pero todo tiene su valor.
¿Qué recuerdos te trae la final de Top Chef?
Tenía delante a tanta gente a la que admiro que resultaba muy complicado concentrarse. A Marc y a David les deseo mucha suerte y que lo vivan con mucha intensidad, pero la final del año pasado fue algo irrepetible porque llegamos los cuatro mosqueteros, un grupo de gente con amistad real fuera de la pantalla, y eso creo que se vio.
¿A quién ves con más posibilidades?
A David. El día del trampantojo le vi muy tranquilo. Nunca se pone nervioso y tiene muy claro cómo es el programa. Eso, cuando luchas contra el tiempo, tiene un valor que ni te imaginas. Me sorprendió muchísimo verle cocinar.
¿Cuál crees que es el punto fuerte de Marc?
Marc es un tío muy inteligente y se viene arriba con las adversidades. A veces parece que esté enfadado con el mundo, pero quizás no sea así, la televisión tiene estas cosas. Si está en la final, será por algo. En el último programa hizo un gran plato. Si apuesta y arriesga, puede ganar.
Chicote le echó en cara que cuando cocina no expresa sentimientos…
No me gustó lo que le dijo Chicote, la verdad. Yo también soy muy introvertida y eso no significa que no tenga sentimientos. Cada uno se expresa ante quien le parece oportuno. La cocina llega hasta cierto punto y traspasarlo es sensacionalista. Marc está recibiendo leches a todas horas y tiene una enorme capacidad de aguante. Por desgracia vivimos en un país en el que el victimismo triunfa un montón y cuando echas cuatro lágrimas parece que ya eres mejor persona. Las cosas no son así.
Publicaste un texto en tu Facebook denunciando el machismo de cierto crítico valenciano…
Sí, pero eso es algo anecdótico. Se trata de una persona machista y pasada de vueltas, además. Después de muchos años tenía que contestarle. Se metió con mi gente y ahí arde Troya. ¡No le doy ni media! Yo conté mi experiencia y, a partir de ahí, mucha gente contó las suyas.
¿Sigue siendo muy machista el mundo de la gastronomía?
Estamos muy olvidadas. Los candidatos al título de Mejor Cocinero Joven del año que viene, por ejemplo, son seis tíos. Pero bueno, me molesta que el hecho de ser mujer ya sea noticia. No sé cuánto nos queda por pelear pero a la vista está que aún hay mucho por hacer. Lo de que organicen congresos solo para mujeres ya es ¡la repera! No tiene ningún tipo de explicación, pero ahí está.
Carlos G. Cano
Periodista de Barcelona especializado en gastronomía y música. Responsable de 'Gastro SER' y parte del...