A Audrey Hepburn le chiflaba el chocolate y la pasta con tomate
El libro 'Audrey en casa', escrito por uno de sus hijos, incluye multitud de anécdotas, fotografías y recetas caseras de una de las actrices más importantes de la historia del cine
Madrid
De Audrey Hepburn, uno de los grandes iconos del Hollywood clásico, sabíamos que era una actriz muy querida. Conocíamos sus películas y sus canciones. Pero no sabíamos que le chiflaba la pasta con tomate o que tuvo una ama de llaves toledana que, de vez en cuando, le cocinaba gazpacho y tortilla de patatas a ella y su familia.
Un buen día uno de los hijos de la actriz, Luca Dotti, se topó con un “viejo cuaderno raído” lleno de recetas de su madre, y ese hallazgo casual ha acabado dando lugar a Audrey en casa (Cúpula, 2015), un libro repleto de algunas de las historias más íntimas de la actriz: las de la cocina.
Pero según reconoce el propio Dotti, él nunca conoció a Audrey Hepburn: “Creo que nuestras fotografías en casa no son menos importantes que todas esas impecables imágenes en blanco y negro, y que las notas al margen de sus recetas favoritas importan tanto como las de sus guiones”. Por eso no le dedica el libro a la estrella de cine sino a la abuela de Vicenzo, Marta y Alice.
La obra repasa las distintas etapas —Holanda, Hollywood, Roma, Suiza— y da detalles del making off de películas tan célebres como Vacaciones en Roma, Desayuno con diamantes o Sola en la oscuridad.
Pero mucho antes de llegar al glamour, Dotti explica que Audrey Hepburn creció con el trauma de la II Guerra Mundial. Su casa se perdió, su padre desapareció y su familia fue fusilada o deportada. No tenía nada que comer, de hecho, salvo ortigas, endibias, hierbas y tulipanes hervidos.
"En la cocina, como en la vida, mi madre se fue deshaciendo gradualmente de todo lo superfluo, para conservar solo lo que era realmente valioso para ella. Así son las recetas que encontrarás en las páginas que siguen, y las historias que las acompañan", escribe el autor.
El primer plato del libro es un hutspot, "un plato fuerte tradicional de la vieja Holanda" que, aunque sea por cuestiones bélicas, guarda relación con España, y que Audrey Hepburn solía preparar algunas noches.
"En 1574 las tropas españolas sitiaron la ciudad de Leiden en un intento de matar de hambre a la población. Cuando las provisiones estaban a punto de acabarse, el ejército holandés liberó la ciudad y lo único que encontraron para comer fue una olla pequeña de patatas, zanahorias y cebollas. A partir de entonces cada año se come este plato ese mismo día".
Audrey en casa describe a una mujer metódica y trabajadora —había intentado ser bailarina— convencida de que, para alcanzar el éxito, la única receta válida era madrugar "para repasar las tareas del día". Y en la cocina, más de lo mismo porque, aunque a veces podía ser torpe, "se tomaba su tiempo para seguir cada paso de una receta cuidadosamente".
A Audrey Hepburn no le hacía mucha gracia el sushi, pero amaba el curry o la mozzarella y "se volvía loca" con el chocolate. Siempre guardaba un poco en los cajones del mueble de la sala de estar y, según el libro, nunca renunció a su pequeña dosis diaria, por la noche.
También era una mujer preocupada por la salud y, por ello, jamás renunciaba a un buen desayuno. Ni siquiera "en su día mensual de desintoxicación, cuando solo comía yogur natural y manzana rallada".
La primera comida del día era, además, uno de los momentos más familiares y dado a las confidencias. "Algunos piensan que dejar mi carrera fue un gran sacrificio que hice por mi familia, pero no fue así en absoluto. Era lo que quería hacer", dijo Audrey Hepburn.
Otro de los secretos revelados en el libro se llama Engracia, la ama de llaves y costurera que atendía a Audrey Hepburn y a su familia. "Cocinaba algunas de sus recetas tradicionales españolas: una extraordinaria tortilla de patatas con cebolla, buena para cualquier ocasión, y un gazpacho andaluz".
Además de anécdotas, manuscritos y multitud de fotografías familiares, el libro es un gran compendio de recetas internacionales: penne al vodka, tarta de chocolate, lubina al estilo turco, hígado a la veneciana, boeuf a la cuillère, paglia e fieno...
Pero lo más celebrado son, sin duda, los espaguetis con tomate. "Mamá tenía una seria adicción: no podía vivir sin pasta", escribe Dotti. "La comía en casa y la pedía en los restaurantes, un poco avergonzada cuando le presentaban una carta con menús muy elaborados". De hecho, solía llevar un poco en la maleta junto al aceite y al queso Parmigiano.
El ROLLO DE COCINA 95
02:50
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Carlos G. Cano
Periodista de Barcelona especializado en gastronomía y música. Responsable de 'Gastro SER' y parte del...