Los servicios de información españoles barajan un fallo técnico como hipótesis
Hay más escenarios abiertos después de conocerse que el Airbus 321 ruso se fragmentó en el aire a gran altitud, pero no hay datos de momento como para apuntar a un atentado del grupo terrorista Estado Islámico.
Madrid
A esta hora se barajan más hipótesis que hace 24 horas después de saberse que el avión se destruyó en el aire pero los servicios de información españoles desplegados en el norte de África y en Oriente Próximo siguen trabajando con la hipótesis de que el aparato sufriese un fallo de motor o un fallo estructural. Según datos que manejan estas fuentes el Airbus con destino a Rusia era un avión muy viejo que había tenido previamente titularidad libia y después turca.
A falta de conocerse el resultado del estudio de las cajas negras hay varios factores que descartan a esta hora que estemos ante un atentado ejecutado por alguna rama del autoproclamado grupo terrorista Estado Islámico.
Estas fuentes policiales señalan que los grupos afines a Daesh asentados en el Sinai no solo no cuentan con misiles potentes para alcanzar la altura a la que volaba el Airbus, sino que tampoco cuentan con un territorio amplio que les permita tener rampas para lanzar misiles fijos de largo alcance.
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Además para los expertos el comunicado de reivindicación de la filial egipcia del autodenominado Estado Islámico tampoco cumple los parámetros habituales en este tipo de reivindicaciones. No se detalla el modus operandi del atentado, ni tampoco el momento en el que los restos del avión impactan contra el suelo. El comunicado solo argumenta que el presunto atentado tiene lugar como represalia del inicio de los bombardeos ruros sobre posiciones del ISIS.
La única hipotesis viable ahora mismo para barajar la teoria del atentado pasa por la posibilidad de que el Airbus llevase un terrorista suicida a bordo o un artefacto explosivo. Probabilidades que se podrían esclarecer también cuando concluya el análisis de las dos cajas negras. Están ya localizadas y aparentemente parecen ligeramente dañadas.
En el siniestro perdieron la vida 224 personas que volaban desde Sharm el Sheik a San Petersburgo en un vuelo chárter de la compañia Kogalimavia. Los fragmentos del avión están esparcidos por una gran superficie de cerca de 20 kilómetros cuadrados.
Ana Terradillos
Licenciada en Periodismo por la Universidad de Navarra (1991-1996) y en Ciencias Políticas por la UNED...