La patronal niega que la precariedad sea "lo normal" en la restauración

Madrid

Emilio Gallego es el secretario general de la Federació Española de Hostelería y Restauración (FEHR), una organización que representa a casi 300.000 restaurantes, bares, cafeterías y otros establecimientos del sector en los que trabajan más de un millón de personas.

Hemos publicado una serie de testimonios de trabajadores del sector de la hostelería en la que denuncian casos graves de precariedad laboral: contratos fraudulentos, pagos en negro... ¿La FEHR es consciente de la situación? ¿Han impulsado medidas para erradicar estas prácticas?

Desde las organizaciones empresariales, lo que que tenemos claro es que cuando hay normativas o condiciones que no se cumplen, se hace daño al sector y, sobre todo, a las empresas que sí cumplen con la normativa, con la fiscalidad y con los derechos sociales. Las empresas que incumplen la normativa representan una competencia desleal. De todas formas, el sector de la hostelería en España es muy grande: 1.600.000 empleos directos, 300.000 empresas... Es evidente que pueden darse casos de incumplimiento de la normativa laboral, pero eso se combate exigiendo el cumplimiento de la ley y España es un país muy desarrollado en lo que se refiere a sistemas de control, tanto de inspección laboral como a nivel de sistema judicial.Si se produce un abuso, que se combata para que sea minoritario y en signo de extinción.

¿Considera entonces que estamos ante casos puntuales? En lo que se refiere a pagos en negro o falsos contratos a media jornada, ¿se atrevería hablar de porcentajes?

No es lo normal, desde luego. De hecho, dentro del programa de control de Inspección Laboral, en España se producen cada año más de 500.000 operaciones de inspección, lo cual quiere decir que, al menos una vez al año, todas las empresas del sector son inspeccionadas. Creemos, por lo tanto, que hay una red suficiente de elementos de control, y también que los trabajadores tienen el derecho y la capacidad de acudir a la defensa de sus intereses. Pero, como decía, en un sector con 1.600.000 trabajadores, lo habitual es que los empleos sean estables. Eso no quita que haya empresas rotación o zonas con mayor temporalidad. ¡Ya nos gustaría que las temporadas fuesen más largas! Todo eso hay que entenderlo y, desde luego, los mecanismos de protección de derechos están bien desarrollados.

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Usted defiende la idea de que, al final, el mercado pone a cada uno en su sitio. ¿Qué le parecería que hubiese una guía turística que puntuara a los establecimientos por su condiciones laborales?

En cierto modo, ya hay guías así. Los Best Place for Work son ránkings de empresas elegidas en positiva por sus condiciones de trabajo. Hoy en día, con los sistemas de comunicación, las redes sociales y, sobre todo, con la atención directa al cliente, un mal clima laboral también acaba trasladándose. Un buen ambiente, en cambio, es un factor de competitividad para las empresas de hostelería. Por eso consideramos que no son inteligentes y que no deben ser mayoritarias las empresas que no cuidan de este ambiente laboral porque, a medio y largo plazo, es una opción de fracaso y porque el nivel de exigencia de los clientes es cada vez mayor.

¿Cómo ha afectado la crisis al sector de la hostelería?

Hemos tenido una crisis durísima que ha durado siete años, con procesos de recesión brutales, desconocidos en el sector desde hace décadas, pero desde el año 2014, poco a poco, la situación se ha dado absolutamente la vuelta y los volúmenes de facturación están de nuevo en positivo. A la mejora general de la economía y a las expectativas de consumo se le ha sumado un buen momento turístico. La etapa de cierre de establecimientos ya ha pasado. Se siguen abriendo y cerrando nuevos bares y restaurantes continuanmente, pero la situación es favorable y el sector ya ha generado más de 170.000 nuevos empleos desde el final de la crisis.

170.000 empleos son muchos empleos, desde luego, pero más allá de la cantidad, ¿no estamos ante un buen momento para darle un empujón a la calidad del empleo en el sector de la hostelería?

Primero hay que aclarar qué entendemos por calidad porque a menudo se valora como empleo de calidad el que no es temporal y si resulta que la temporada turística dura cuatro meses, el contrato no puede ser más largo...

No me refería a la duración de los contratos...

Sí, pero suelen haber ciertos prejuicios. Si el empleo es temporal o a tiempo parcial, ya se considera que es de mala calidad, y sin embargo hay trabajadores que demandan un empleo a tiempo parcial para compatibilizar esa actividad con los estudios, la familia...

Me refería a los falsos contratos de media jornada, a los pagos en negro...

Claro, pero es que eso es un fraude de ley.

Por eso le preguntaba si es un buen momento para intentar impulsar nuevas reformas con las que erradicar prácticas de ese tipo.

Para nosotros es buen momento en crisis y en no crisis. como ya he indicado, eso es un incumplimiento flagrante de la ley y, por lo tanto, una competencia desleal frente a las empresas que sí cumplen con la normativa. No influye que estemos en momento de crisis o de expansión...

¿A qué sanción puede exponerse una empresa que cometa fraudes como los que mencionan los testimonios con los que hemos hablado?

Está perfectamente regulado en nuestra ley laboral y los inspectores, continuamente, cuando detectan situaciones de estas características, levantan acta y establecen sanciones que pueden ser, fácilmente, de 6.000 o 10.000 euros. Pero el sistema funciona perfectamente. ¡Hay mecanismos!