Rajoy se ve legitimado por las urnas frente a la España corrupta que dibuja Podemos

La tercera moción de censura de la democracia se ha convertido en una sucesión de alegatos, acusaciones y desplantes durante una jornada maratoniana de más de 12 horas. El grupo de Unidos Podemos, impulsor de la iniciativa, ha hecho uso del tiempo ilimitado en sus intervenciones para explicar las razones de su propuesta para echar a Mariano Rajoy y esbozar las medidas de su alternativa política. Irene Montero ha centrado su discurso en la corrupción y el uso de las instituciones, como la fiscalía, por parte del PP. La portavoz de la formación morada ha enumerado durante más de dos horas todos los escándalos que rodean al partido conservador. 65 casos ha llegado a nombrar. «La corrupción tiene sede y está en Génova 13», ha espetado Montero a un Rajoy impasible, con la tranquilidad de saber que la moción no cuenta apoyo parlamentario. La número dos de Podemos ha adoptado un tono duro que ha despertado a la bancada popular de sus quehaceres – Méndez de Vigo leía un libro sin inmutarse- mientras recibía una gran ovación de sus compañeros. El presidente del Gobierno, tras mantener la incógnita del papel que asumiría en el debate por pura estrategia, ha tomado la palabra. Rajoy ha decidido dar la réplica a Montero tachando de “espectáculo y juego que no va a ningún lado” la moción. Sobre la corrupción, cree que el PP ha hecho reformas para combatirla. “Esta lacra no acabará porque me presenten esta moción de censura o arrojen piedras contra el PP”, asegura el jefe del Ejecutivo amparándose en la absolución de las urnas. Pasado el mediodía, ha sido el turno para Pablo Iglesias, que ha hecho un repaso de la situación política actual con miradas al pasado y ha dibujado algunas de las medidas de su alternativa política. Su programa de Gobierno, que incluye, por ejemplo, once medidas contra la corrupción y una batería de reformas económicas para una mayor justicia social. «No es normal que haya un partido en el Gobierno con más investigados por corrupción que diputados caben en el Congreso”, le ha recordado a Rajoy para anunciarle que “pasará a la historia como el presidente de la oposición”. Tras su intervención, con un tono comedido de perfil presidencialista, el líder de Podemos y Rajoy se han enzarzado en las réplicas cortas. El presidente del Gobierno ha intentado presentarse como el único garante de la estabilidad del país y, tras sacar el ‘comodín’ de Venezuela como luego le ha echado en cara Iglesias, ha acusado a Podemos de exagerar y excederse con falsedades e imposturas. Rajoy ha presumido, para deslegitimar la moción, de que cuentan con un amplio respaldo electoral mientras Podemos pierde apoyos. “No le veo merecedor de ser presidente ni a España de ese castigo”, ha zanjado. Iglesias ha respondido con sorna que si él no es de fiar, “no sabe si alguien con tantos amigos en la cárcel, puede serlo”. La corrupción pero también cómo afrontar el desafío soberanista en Cataluña han protagonizado sus últimas alocuciones, ambos enrocados en qué idea tienen de soberanía nacional. El reconocimiento de España como un estado plurinacional por parte de Iglesias ha recibido el aplauso de algunos partidos nacionalistas, pero ninguno ha profundizado en soluciones al conflicto con la Generalitat. Tras ocho horas de reproches entre solo tres oradores, la presidenta del Congreso, Ana Pastor, ha concedido una hora de descanso a los parlamentarios. El turno de tarde ha sido para los integrantes del Grupo Mixto, PNV y ERC ,junto con las réplicas del candidato Iglesias. Una sesión vespertina agitada para el líder de Unidos Podemos que ha recibido fuertes críticas de los representantes de Foro Asturias, UPN o los portavoces de los partidos canarios, con los que Iglesias ha tenido roces. Ana Oramas ha llegado a calificar de machista a Iglesias. Más amable ha sido Joan Baldoví, de Compromís, que ha pedido a Podemos que usen el verano para empezar a preparar la siguiente moción de censura con el apoyo de más fuerzas. El turno del Grupo Mixto ha alargado la jornada otras tres horas entre críticas y réplicas. Unión del Pueblo Navarro (UPN) y Foro Asturias, socios del PP en las últimas elecciones generales, han mostrado su rotundo rechazo a la moción de censura impulsada por Unidos Podemos y han reprochado a su líder que «utilice» las instituciones para sus propios intereses. En esa línea se ha mostrado también Aitor Esteban, del PNV, que ha anunciado su abstención a la moción porque Iglesias solo busca protagonismo. A lo que Iglesias ha replicado que «muchos ciudadanos vascos seguro que no entienden que estén más cerca del PP que de nosotros». También ha sido tenso el cruce de declaraciones con Carles Campuzano, que ha llegado incluso a cuestionarse su voto a la moción. «El debate debería ser para que consiga más votos y su réplica me invita a retirar la abstención que voy a mantener a pesar de ello», señalaba el portavoz de PDECAT. Joan Tardá, uno de los pocos apoyos de Podemos, ha esgrimido sus razones para respaldar a Iglesias. «Apoyamos su moción contra un régimen incorregible que ha aumentado la catalanofobia». Lo que ha llevado a Iglesias a asegurar que si sale elegido después de la moción habrá referéndum pactado en Cataluña, aunque la diputada de EH Bildu, Marian Beitialarrangoitia, le ha animado a apoyar ya la consulta unilateral en Cataluña ante la negativa del Estado a autorizarlo. La parlamentaria vasca ha asegurado que las dos diputadas de EH Bildu darán un «sí crítico» al ser «prioritario desalojar al PP» del Gobierno ya que se trata del «partido más corrupto de Europa». Pablo Iglesias ha concluido el largo debate con una petición. “No piensen en su partido ni en el pasado sino en construir una nueva España. No tendremos la fuerza para gobernar sin ustedes pero ustedes tampoco la tendrán. Para dar una solución democrática a Cataluña nos tendremos que poner de acuerdo. No están preparados para votar a favor de esta moción, pero espero que su abstención sea reflexiva y nos pongamos a trabajar juntos para sacar a esta gente de nuestras instituciones”, ha terminado mandando un mensaje claro al PSOE tras un debate que ha durado doche horas y que se retomará este miércoles con las intervenciones de José Luis Ábalos y Albert Rivera.

Rajoy se ve legitimado por las urnas frente a la España corrupta que dibuja Podemos

Irene Montero y Pablo Iglesias dibujan un estado putrefacto por los múltiples escándalos que rodean al PP y el uso partidista de las instituciones. El presidente se vanagloria de tener apoyo electoral y dar estabilidad al país

El debate se reanudará este miércoles con la intervención de Ciudadanos y Podemos y la votación de la moción

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