La huida de Rajoy: tres respuestas para nueve años de investigación del 'caso Gürtel'
El presidente del Gobierno pasó de denunciar en 2009 una trama contra el PP, en la que involucró a jueces y fiscales, a confesar en 2013 que se había equivocado al confiar en Bárcenas y declarar en 2017 que él sólo se ocupaba de la política, y no de las cuentas del partido. Este miércoles tendrá que dar explicaciones en el Congreso (síguelo en directo a las 9.00 horas)
La causa abierta en la Audiencia Nacional en agosto de 2008 por el juez Baltasar Garzón a raíz de las denuncias de un exconcejal del PP en Majadahonda -las detenciones llegarían en febrero de 2009- asestó el mayor golpe a la imagen y prestigio del PP en toda su historia. Desde entonces, las corruptelas de una trama extensa de corrupción persiguen al PP y a su presidente, Mariano Rajoy.
Las consecuencias de aquel pillaje institucional perpetrado por Francisco Correa y su trama empresarial continúan hoy vivas, pendientes del primero de los juicios importantes que se celebran para dilucidar este caso de corrupción masiva vinculada a un partido político.
<p>Rajoy comparece en el Congreso por la presunta financiación ilegal del PP</p>
Desde aquella mañana de febrero de 2009 en que el juez Baltasar Garzón ordenó detenciones, registros y decretó la imputación de numerosos cargos públicos del PP, hasta hoy, se han destapado numerosas prácticas corruptas en el uso de dinero público durante casi 20 años.
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La investigación policial y judicial ha puesto al partido que ahora gobierna España en una situación desesperada y ha provocado la dimisión de varias decenas de cargos públicos y orgánicos del PP.
El caso Gürtel acabó con la carrera política de alcaldes (Boadilla del Monte, Arganda del Rey, Pozuelo de Alarcón, Majadahonda…), ministros (Ana Mato), consejeros autonómicos madrileños y valencianos; un presidente regional (Francisco Camps), un diputado nacional (Jesús Merino) y un senador (Luis Bárcenas, ex tesorero nacional del PP). De esta quema se ha salvado Mariano Rajoy, líder del PP desde hace 14 años; pero la sospecha le persigue desde febrero de 2009 sin que haya podido ahuyentarla definitivamente.
“Una trama contra el PP”
Cuando estalló el escándalo, Mariano Rajoy llevaba cinco años haciendo la oposición al Gobierno socialista de José Luis Rodríguez Zapatero. Aspiraba por tercera vez a la presidencia del Gobierno, tras su último fracaso de 2008, y se defendió como pudo de las primeras evidencias de un grave caso de corrupción que afectaba a dirigentes de su partido. "Quiero afirmar la honorabilidad de nuestro partido. Haremos todo lo que esté en nuestras manos para que nadie manche el nombre de nuestro partido. Esto no es una trama del PP, como algunos pretenden, esto es una trama contra el Partido Popular, que es una cosa muy distinta", declaró entonces.
El presidente del Gobierno llegó a sugerir que jueces y fiscales habían montado una cacería contra su partido mientras evitaban investigar o acusar a socialistas en otros casos de corrupción.
Para aquella explicación pública, 20 minutos de discurso sin preguntas, se rodeó de los principales dirigentes nacionales, regionales y locales de su partido. Algunos de los que se pusieron en primera línea para aquella foto tuvieron que dimitir meses después por estar implicados en el caso Gürtel.
Rajoy afirmó entonces que "todas las contrataciones del PP" se habían hecho "en el marco de la legalidad, todas, sin excepción, figuran en el Tribunal de Cuentas y de ninguna ha recibido el partido beneficio alguno, y no ha recibido ni un solo euro de las personas implicadas en el asunto que nos ocupa". La investigación judicial acreditó que la contratación de las obras de reforma de la sede central del PP fue irregular y se pagó, en parte, con dinero negro no declarado ni por el PP, que pagó los trabajos, ni por el despacho de arquitectura que los llevo a cabo. La misma investigación también acreditó la financiación ilegal de actos electorales del PP en al menos dos municipios de la Comunidad de Madrid.
“Creí en la inocencia de Bárcenas y me equivoqué”
Cuatro años después, acosado por las declaraciones de Luis Bárcenas, extesorero del PP, Rajoy compareció a principios de agosto en una sesión del Congreso celebrada en el Senado para admitir que se equivocó al confiar en Bárcenas y reiterar que no pensaba dimitir. "Le apoyé, creí en su inocencia y me equivoqué. Y este ha sido todo mi papel en esta historia", declaró. En la misma sesión adquirió un compromiso que, según la investigación, no ha cumplido. "Haremos todo lo que haga falta para contribuir a que la verdad se aclare cuanto antes", aseguró entonces.
Unos meses antes de esa declaración, el PP había destruido el contenido de los discos duros de los dos ordenadores portátiles que su ex tesorero Luis Bárcenas tenía en la sede de la calle Génova. Por ese motivo, una juez procesó al PP por delito informático y de encubrimiento.
Para cuando Rajoy se comprometió en el Congreso a “hacer todo lo que hiciera falta” para contribuir a que la verdad se aclarase cuanto antes, el juez que instruía la causa, Pablo Ruz, ya había decidido expulsar al PP del caso como acusación popular. En un auto de 20 folios, el magistrado detallaba hasta diez iniciativas del PP en la causa que contribuían a defender a los investigados por corrupción, lo que consideró que no era congruente con el papel desempeñado por la formación conservadora como acusación popular en el caso.
“Yo no llevaba ningún asunto económico”
Hace solamente un mes, Mariano Rajoy tuvo que acudir como testigo al juicio del caso Gúrtel que se desarrolla en la Audiencia Nacional. En su declaración, Rajoy sostuvo en todo momento que su función como secretario general y como presidente del PP era política y no se ocupaba de las cuentas del partido. "Yo no llevaba ningún asunto económico. Yo nada tenía que ver con las actividades económicas del partido ni controlaba los aspectos económicos". Era un argumento de defensa que ya utilizaron otros secretarios generales del PP, como Javier Arenas o Francisco Álvarez Cascos. Sin embargo, en la instrucción del caso, algunos testimonios acreditaban que determinadas decisiones sobre pagos a dirigentes del partido que se hacían con la caja b y que no constan en la documentación oficial remitida al Tribunal de Cuentas, las ejecutaban los tesoreros por orden directa de quien entonces era secretario general. Tanto Jaume Matas, expresidente balear, como Pío García Escudero, presidente del Senado, confesaron al juez que habían recibido dinero del partido -el primero para el alquiler de su casa en Madrid, el segundo para unas obras de reforma de su vivienda, afectada por un atentado terrorista de ETA- tras solicitárselo al secretario general.
Además, Luis Bárcenas, gerente del PP entre 1982 y 2008, y tesorero nacional desde esa fecha hasta 2009, ha acusado a los líderes del PP, Rajoy incluido, de esa operativa corrupta. “Entre 1982 y 2008 fui gerente del partido. Me limitaba a cumplir las órdenes que recibía del secretario general o del tesorero, anotando las cantidades que se me entregaban y las que me solicitaban para hacer pagos. Yo seguía instrucciones, no podía disponer del dinero de forma autónoma. Una parte del dinero servía para completar el sueldo de la cúpula del partido. Eran unos complementos salariales que no se declaraban a Hacienda obviamente y que iban sólo al presidente del partido [Rajoy lo fue desde 2004], al secretario general [Rajoy lo fue entre 2003 y 2004] y a los vicesecretarios generales [Rajoy lo fue desde 1990]”.
Comparecencia en el Congreso
El presidente del Gobierno volverá a escuchar este miércoles en el Congreso de los Diputados, donde comparece a petición de PSOE y Podemos, que debe dimitir por su responsabilidad política en la financiación ilegal del partido que ha dirigido los últimos 14 años. Pero Rajoy se niega a renunciar por el caso Gürtel: “No voy a dimitir porque no me considero culpable”.
El PP critica el intolerable acoso al que le somete la oposición con este caso porque, sostiene, Rajoy ha dado explicaciones hasta 100 veces, según ha contado el coordinador general de su partido, Fernando Martínez Maillo, incluyendo en esa relación entrevistas donde dedica apenas unas palabras a eludir su responsabilidad sobre lo ocurrido.