Tribunales
Impuesto Hipotecario

Cronología de un impuesto fantasma

En dos semanas la factura millonaria del impuesto hipotecario ha pasado del consumidor al banco y vuelta a empezar

En el Tribunal Supremo se extiende la indignación por la gestión de este caso

Manifestantes hoy ante el Tribunal Supremo / Rodrigo Jimenez EFE

Madrid

En apenas dos semanas miles de millones de euros han viajado del bolsillo del cliente al del banco y vuelta a empezar en una sucesión inédita de giros jurisprudenciales en el Tribunal Supremo. En el alto tribunal se frotan los ojos intentando comprender cómo un impuesto tan importante ha podido ser zarandeado de esta manera en apenas quince días dejando por los suelos la imagen del máximo órgano jurisdiccional español. 

2005: aval Constitucional

El 18 de enero de 2005 el pleno del Tribunal Constitucional emitía un auto en el que declaraba la constitucionalidad de cargar este impuesto en el bolsillo del cliente. Los jueces rechazaban la cuestión de inconstitucionalidad planteada por el Tribunal Superior de Justicia de Catalunya a raíz de la reclamación interpuesta por una promotora inmobiliaria y explicaban que hacer pagar al cliente es "una opción de política legislativa válida desde el punto de vista constitucional". Repetirían sus argumentos en un auto posterior del mes de mayo. 

Enero de 2018: el encargo

Arranca el año 2018 y el impuesto hipotecario llega de nuevo al Tribunal Supremo de la mano del Ayuntamiento de Rivas-Vaciamadrid. La sección primera de lo contencioso-administrativo, con Luis María Díez-Picazo en sus filas, encarga a seis de sus jueces que formen jurisprudencia y decidan, como hicieron hace dos semanas, si el impuesto debe correr a cargo del banco o del cliente. 

Febrero de 2018: todo claro

Mientras los jueces del Supremo empezaban a estudiar el caso, los diferentes tribunales españoles seguían resolviendo casos ciñéndose a la doctrina vigente. El 20 de febrero de este año, la sección novena de lo contencioso del Tribunal Superior de Justicia de Madrid rechazaba las peticiones de una promotora inmobiliaria y rechazaba también llevar este impuesto ante el Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) de Luxemburgo al entender que la doctrina estaba perfectamente clara. 

Marzo de 2018: lo civil

Mientras la sala de lo contencioso estudiaba el impuesto, la sala civil estudiaba su aplicación a través de cláusulas en contratos bancarios. Los jueces de la sección primera dictaban dos sentencias el 21 de marzo en las que avalaban que un contrato con un banco imputase el pago de este impuesto al cliente en base a la jurisprudencia que había vigente en ese momento. 

16 de octubre: el giro

Después de meses deliberando, la sección segunda firmaba tres sentencias que daban un giro de 180º a la jurisprudencia del impuesto hipotecario: cinco magistrados entendían que el banco era el único interesado en elevar una hipoteca a escritura pública y por tanto él debía ser quien respondiese ante Hacienda. La doctrina cambiaba después de veinte años haciendo pagar al cliente y los bancos se desplomaban rápidamente en bolsa. 

19 de octubre: el pleno

Una de las tres sentencias era hecha pública dos días después, y la reacción no se hacía esperar: tras un cruce de llamadas con Lesmes, el presidente de la sala tercera decidía revisar la doctrina, transmitía a su entorno que se había enterado por la prensa del fallo y convocaba a sus jueces a un pleno para confirmar, revocar o matizar la nueva jurisprudencia sobre el impuesto hipotecario. Lo hizo, según explicó en un comunicado, por la "enorme repercusión económica y social" del caso, anuncio que provocó la inmediata remontada de los bancos en bolsa. 

22 de octubre: la cumbre

Alarmado por cómo la imagen del Supremo se iba deteriorando, el presidente Carlos Lesmes optaba por tomar las riendas de la crisis y reunía en su despacho al presidente de la sala que había convocado el pleno junto con los seis jueces que habían participado en la sentencia. La reunión sirvió para "limar asperezas" en una sala en la que las malas relaciones entre algunos jueces y su presidente son más que evidentes. 

25 de octubre: las disculpas

En un acto de contrición sin precedentes, el presidente del Tribunal Supremo Carlos Lesmes atendía a los medios de comunicación en la jornada de puertas abiertas para pedir perdón por la gestión de la crisis, desacreditar la decisión de Díez-Picazo de convocar el pleno en vez de emitir una nota aclaratoria y asegurar que el Supremo no va a revisar la jurisprudencia: "Ha habido una percepción de que lo que se quería era revisar lo que se había dicho, esta percepción no se ajusta a la realidad", llegó a decir. 

Ese mismo día, la sala de lo civil decide paralizar cuatro casos de impuestos hipotecarios que tenía pendientes de resolver para esperar a sus compañeros de la sala tercera antes de dar un paso en dirección contraria. 

6 de noviembre: ganan los bancos

El día cinco de noviembre arrancó el pleno - con 28 efectivos en vez de los 31 inicialmente convocados - y el debate se prolongaba durante 16 horas repartidas a lo largo de dos días por la imposibilidad de llegar a un acuerdo: Díez-Picazo es el que decide trasladar la votación a elegir entre que pague el banco o el cliente, con el resultado cayendo del lado de la banca por dos votos de diferencia. 

 
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