Amores que matan

Soria

El debate de las granjas de cerdos empieza a aburrir porque aparece la demagogia como denominador común y aquí todo el mundo opina, faltaría más. A veces, uno tiene la sensación de que la provincia de Soria es la única que tiene granjas de cerdos en sus 10.000 kilómetros cuadrados, pero no es así. Hay otras muchas provincias con números muy superiores desde Segovia y Salamanca, en Castilla y León, a Huesca, Lleida..., que multiplican por cuatro la producción de cerdos.

La diferencia con Soria es que aquí la explotación del sector porcino está liderada por COPISO con sus 1.200 socios sorianos y sus beneficios se redistribuyen en esta provincia. No hay empresas capitalistas que se llevan los beneficios fuera. Todos conviven en el entorno y cuidan al máximo el asunto de los purines, que resulta ser la clave de todo este asunto.

El proyecto de la instalación de la granja porcina en el término municipal de Cidones, cerca de la carretera cortada, en el Pantano de la Cuerda del Pozo ha abierto la caja de los truenos, aunque hasta ese momento nadie se quejaba de nada. No hay que olvidar, por ejemplo, que a tres kilómetros de Soria, en Alconaba, tenemos una granja porcina con 5.000 cerdos. ¿Alguien ha dicho algo? ¿Cuántas granjas hay repartidas por una provincia que siempre ha vivido de la economía primaria?

Posiblemente, la que se quiere instalar cerca del Pantano no esté en el mejor sitio, pero no podemos entrar en la negativa a la propuesta de cualquier iniciativa de este tipo porque no andamos muy sobrados de posibilidades para sujetar la zona rural. Se trata de ser exigentes al máximo, de cumplir la normativa a rajatabla y de demostrar que este tipo de instalaciones son compatibles con el turismo y el medio ambiente. Muchas veces el amor pasional por nuestros pueblos no nos permite tocar una rama. Lo que pasa es que hay amores que matan y al paso que vamos esta provincia se va a convertir en una reserva espiritual y poco más.