Gastro SERGastro SER
Gastro

Los retos de cocinar siendo daltónico: "Tengo una lista de todas las gamas de colores"

Las personas con trastornos de percepción del color lo tienen más difícil a la hora de diferenciar ciertos alimentos, pero existen trucos y herramientas para disipar las confusiones

Reportaje | Cocina daltónica: del punto de la carne a la tarta de queso verde

Reportaje | Cocina daltónica: del punto de la carne a la tarta de queso verde

04:47

Compartir

El código iframe se ha copiado en el portapapeles

<iframe src="https://cadenaser.com/embed/audio/460/1709224009076/" width="100%" height="360" frameborder="0" allowfullscreen></iframe>

Madrid

El daltonismo es un trastorno que afecta a casi dos millones de personas en España, que cuentan con una capacidad reducida para diferenciar colores y se enfrentan a ciertas dificultades cotidianas. Según el grado del trastorno tienen complicado acceder a algunos trabajos como piloto de avión, bombero o policía. Pero, más allá de lo evidente, los daltónicos se enfrentan a algunos problemas comunes relacionados con la cocina y la alimentación que les generan pequeños percances en su día a día.

No es un trastorno fácil de identificar, muchas veces pasa desapercibido entre los padres y se descubre por pura casualidad. "Cuando era pequeño mis padres vieron que no me gustaba pintar, una vez pinté un elefante de color rosa y el pelo de Tarzán de color verde. Hay diferentes señales que vas dejando de pequeño que tus padres se dan cuenta", explica EduDalton, un creador de contenido con más de 700.000 seguidores en sus redes sociales que lleva el daltonismo por bandera en su propio nombre.

"En mi perfil de Instagram pongo 'Soy daltónico' porque pienso que es algo muy común de lo que no se habla nunca. De ningún aspecto, ni malo, ni bueno", asegura este valenciano de 29 años. Edu toca diversos instrumentos y los vídeos más virales de su perfil son 'cancioncillas' cortas y extremadamente pegadizas que tratan con mucho humor algunas situaciones cotidianas con las que todo el mundo se puede sentir identificado.

Edu, como la mayoría de daltónicos, tiene problemas para diferenciar algunos colores al cocinar, por ejemplo, un filete de carne. "El rosa y el gris no los diferencio, muchas veces no llego al punto de la carne o me paso, ahí suelo tirar de olor. O de la freidora de aire, que me viene muy bien", admite entre risas. No solo eso, sino que también encuentra dificultades para determinar a simple vista si una fruta está pasada, teniendo que tocarla para comprobar si está bien o, a veces, reconocer el mal olor de la nevera para descubrir que está podrida.

Una situación muy común en las personas que sufren este trastorno, como explica la doctora Carolina Arruabarrena, de la Clínica Novovisión de Madrid, que indica que "los colores de las frutas y verduras son muy llamativos y al tener daltonismo es fácil que haya problemas para diferenciar su grado de madurez".

De hecho, lo importante para prevenir este tipo de equivocaciones con los alimentos, o con cualquier otro objeto que pueda ser motivo de confusión, es idear técnicas desde bien pequeños para que aprendan los colores de las cosas y no les afecten estas dificultades en el día a día. "Es importante que tanto la familia como los profesores usen estrategias para enseñarles a diferenciar los colores", asegura la oftalmóloga, que también recalca que "no existe un tratamiento como tal para el daltonismo, pero sí ayudas". Refuerzos que son necesarios para que aprendan a discriminar los colores poco a poco.

Más información

Arruabarrena explica que entre las herramientas más conocidas para facilitar la vida de los daltónicos se encuentran unos filtros específicos para cada tipo de trastorno que "permiten modificar los colores de las cosas y los cambian al más normal posible". Además, existe un sistema gráfico de identificación de colores conocido como ColorADD que indica a las personas daltónicas de qué color son los objetos de su alrededor, una herramienta muy utilizada para elegir entre diferentes prendas de ropa y saber qué combina mejor.

Gastro 25 | Cocina india para principiantes

Gastro 25 | Cocina india para principiantes

31:27

Compartir

El código iframe se ha copiado en el portapapeles

<iframe src="https://cadenaser.com/embed/audio/460/1708973879879/" width="100%" height="360" frameborder="0" allowfullscreen></iframe>

"Tengo una lista de todas las gamas de colores"

Si a veces es complicado cocinar siendo daltónico, aún es más difícil cuando te dedicas a ello. Al cocinero Sergio Blázquez, del conocido restaurante La Olma de Pedraza (Segovia), el daltonismo le viene de familia, ya que es un trastorno que le afectaba a su abuelo y ahora tienen también su primo y su hermano pequeño.

Sergio cuenta, como es normal, con varias anécdotas de divertidas confusiones en la cocina. En unas prácticas que hizo en un restaurante con estrella Michelin en Badajoz, se confundió una vez con los limones y las naranjas. "Eran clavados, no distinguía ningún tipo de color", admite. Para que este tipo de percances no le vuelvan a ocurrir, trabaja pegado a una lista que le indica las diferentes gamas de colores de los alimentos. "No me aprendo los colores, tengo una lista de todas las gamas de colores del sitio y voy apuntando los códigos. No miro el color que es, porque no lo sé", explica Blázquez.

"Trabajando en un restaurante de Madrid la líe muy parda. Yo soy muy maniático y lo tengo todo siempre muy bien ordenado. Hacíamos unas tartas de queso con granada y derretíamos la gelatina en un brandy Mascaró. Una vez, alguien vino y me cambió la botella de sitio. Yo hice la tarta como todos los días, la desmoldé y la saqué a un bufé que teníamos. Vino mi jefe después corriendo y preguntando que cuántos días llevaba hecha la tarta. No se creía que la hubiera hecho por la mañana porque estaba verde. Me preguntó qué le había echado y cuando cogí la botella me di cuenta de que, sin querer, había puesto Pipermín (un licor de menta)", cuenta entre risas el hostelero.

Aunque lo tiene todo muy bien estudiado, sigue habiendo alimentos de los que le resulta imposible diferenciar el color. "Cuando curas las carnes tienes un problema, porque hay que limpiarlas muy bien. A veces los bordes se te ponen un poquito verde, yo estas cosas no las veía. Hay veces que no veía el cambio de color entre la carne roja y los puntos de contacto con el aire. Pero bueno, siempre hay gente alrededor para preguntarles", admite el cocinero. A pesar de su daltonismo, el restaurante que regenta en Pedraza ha dado de comer deliciosos lechazos o cochinillos asados a todo el que pasa por el encantador pueblo segoviano.

 
  • Cadena SER

  •  
Programación
Cadena SER

Hoy por Hoy

Àngels Barceló

Comparte

Compartir desde el minuto: 00:00