¿Qué tiene el Jägermeister que no tengan las hierbas ibicencas?
Por cada litro de hierbas ibicencas, en el mundo se venden 147 de Jägermeister, pero ambos licores comparten ingredientes, leyenda y una peculiar relación con el mundo de la música
Madrid
El Jägermeister —Jäger para los amigos— se ha convertido, chupito a chupito, en el licor de hierbas más popular de España. Pero, ¿por qué? ¿Acaso no era un digestivo propio de las sobremesas? Además de su sabor y de su 35 % de graduación alcohólica, cuenta con un notable respaldo marquetiniano. Pero por si todo eso fuera poco, la leyenda dice que los efectos de su consumo van más allá de lo netamente etílico.
Una incierta posibilidad muy valorada por la chavalada española, sin duda. ¿Por qué si no tantos postadolescentes se habrían decantado por este licor de hierbas alemán y no por otras bebidas autóctonas de similares prestaciones? ¿Qué tiene el Jägermeister que no tengan las hierbas ibicencas, por ejemplo? ¿Historia, calidad, padrinos?
Carlos Marí Mayans, gerente de la empresa familiar Hierbas Marí Mayans, solo tiene buenas palabras para la bebida alemana, pero al mismo tiempo reivindica la receta con la que su tatarabuelo Juan empezó a elaborar licor en 1880. "Era el loco Formetera", explica. "Le apasionaban las plantas y la gente acudía a él como si fuese un druida".
Juan Marí Mayans también viajaba regularmente a Barcelona para comprar todo aquello que, a finales del siglo XIX, no se encontraba en la isla: hilo y agujas de coser, latas de conserva... En uno de esos viajes aprendió a destilar y, de vuelta a Formentera, fundó la primera destilería de las islas y, al mismo tiempo, la empresa más antigua de Baleares.
La normativa que regula la producción de hierbas ibicencas prevé ingredientes como el hinojo, el tomillo, la quina, el romero, el espliego, las bayas de enebro, la manzanilla, la menta, la hierbabuena, las hojas y corteza de limón y naranja, la salvia o el anís estrellado.
Productos locales, en su mayoría, que se asocian al alcohol mediante procesos de maceración, destilación o infusión. En Marí Mayans —la empresa que controla el 90 % del mercado de las hierbas— se sirven también de la ebullición y el almíbar, y utilizan 18 productos ("dicen que los números impares dan mala suerte") entre los que además figura el ajenjo o artesmisa absintium, una planta con propiedades psicotrópicas usada asimismo para elaborar vermut o absenta.
"Los niveles de betatuyona [la sustancia responsable del efecto alucinógeno] nunca superan los previstos por la normativa", asegura Carlos Marí Mayans, "pero las leyendas nos vienen muy bien porque la gente se cree que es algo que está prohibido y acabas vendiendo más".
El Jägermeister —que se elabora solo desde 1935— recurre únicamente a la maceración de sus más de 50 ingredientes (entre los que también figuran el hinojo, la canela, la naranja, la manzanilla o la quina). Luego, eso sí, todo reposa en barricas de roble durante un año.
Símbolos y discotecas
Jägermeister significa "maestro cazador" y la etiqueta muestra una cabeza de ciervo. La botella de Hierbas Marí Mayans, por su parte, está inspirada en la figura de una mujer ibicenca y tiene una parte cóncava porque el tatarabuelo solía decir que "las payesas no tienen tetas".
Pero volviendo al capítulo de similitudes, en el que ya figuran los ingredientes o la leyenda acerca de sus efectos, conviene fijarse en la música porque, frente al programa de patrocinios Jägermusic o a la popularidad del jägerbomb (un combinado con bebidas del tipo Red Bull), las hierbas ibicencas se están viendo muy beneficiadas por la fuerza global de su apellido en el universo discotequero.
Uno de los DJs más importantes del mundo se hace un selfie con una botella y, "al día siguiente, sus fans te rompen al stock", explica el responsable de Marí Mayans. Y cuando otro de los que más seguidores tienen va a cenar a un restaurante, "exige que haya 12 cajas de hierbas ibicencas de las nuestras, ¡por si acaso!", añade.
Lo que no tiene nada que ver es la cifra de ventas. Frente a los 415.000 litros de hierbas ibicencas vendidos en 2015, Jägermeister se metió en el top ten mundial de destilados con más de 60 millones. Es decir, que por cada chupito de hierbas ibicencas, se sirven unos 147 de Jäger.
La diferencia parece abismal, pero las hierbas ibicencas están creciendo mucho en mercados como Suiza. ¿Demasiado? "Sabemos que Jägermeister llamó a nuestro distribuidor suizo para que dejara de vender nuestras hierbas", explica Carlos Mari Mayans.
¿Un cóctel de hierbas?
Alfonso Maya, bartender de la coctelería granadina Alexander's, presume de que tanto su padre como su hermano han servido muchos cócteles en Ibiza, por lo que conoce bien el producto: "Tradicionalmente se ha consumido en chupito helado o con hielo, pero también en mojito payés, como si fuera un cosmopolitan o con zumo de limón".
Maya asegura que "el marketing, en el universo de los espirituosos, es muy importante" y, como prueba, recuerda que Jäggermeister fue la primera marca que estampó su logo en la camiseta de un equipo profesional de fútbol [el Eintracht Braunschweig, en 1973].
"En los 90 se popularizó la mezcla de Jäger con bebidas energizantes, pero si la versatilidad es importante para un bartender, las hierbas ibicencas se pueden mezclar con muchas otras cosas", añade.
"La pureza y la calidad de las materias primas también es muy importante. No es lo mismo un licor elaborado con hierbas ibicencas que otro con una enorme producción a nivel internacional", zanja Maya.
Carlos G. Cano
Periodista de Barcelona especializado en gastronomía y música. Responsable de 'Gastro SER' y parte del...