El muralista Guido van Helten llena de retratos gigantes una bodega de Rioja

Madrid

Guido van Helten va a convertir la bodega Solar de Samaniego (Laguardia, Álava) en una galería de arte llena de retratos gigantes. La obra de este muralista australiano—considerado uno de los referentes internacionales del arte urbano— está concebida como un homenaje a los oficios del vino y la literatura, y por ello, antes de ponerse a pintar, ha organizado un cásting y ha recorrido la zona fotografiando a lugareños.

Van Helten está pintando siete depósitos de hormigón de más de 13 metros de altura, todos en desuso desde hace años. Cesar León, director creativo de la bodega, explica que el objetivo era reivindicar "la memoria de las industrias vitivinícolas de los años 70" y convertir este espacio arquitectónico en un icono más para la zona, que ya cuenta con obras como Ysios, de Calatrava, o Marqués de Riscal, de Frank Gehry.

El muralista australiano, que acaba de terminar una espectacular intervención en Chernóbil, nunca había pintado en una bodega ni tampoco en España, pero sí estaba familiarizado con entornos industriales y, en mayor o menos medida, gastronómicos.

La visita guiada a la bodega Solar de Samaniego cuesta seis euros, pero reservar una plaza para las próximas dos semanas tiene el aliciente de poder ver al artista autraliano completando su obra. El primer retrato es el de Rafa Bauza, un empleado de Solar de Samaniego que lleva 40 años en la empresa. Los demás serán de gente trabajando en los viñedos o personas de Álava o La Rioja que acudieron al cásting.

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Los murales de Van Helten forman parte del proyecto enocultural Beber Entre Líneas, que también cuenta con un Premio de Novela Internacional, edición de relatos o el diseño de espacios enoliterarios.

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