Todas las claves de un Congreso Nacional que aplaza la sucesión de Rajoy
El líder del PP saldrá aclamado por los suyos para seguir al frente de su partido unos cuantos años más en los que podrá o no organizar su sucesión
Los populares están pendientes de ver si Cospedal sigue como secretaria general y de si Rajoy nombra un coordinador
También quieren comprobar cómo se resuelven finalmente los debates más polémicos como la acumulación de cargos, las primarias o la maternidad subrogada
El líder
Madrid
Mariano Rajoy, quien siempre se define como "un señor de provincias y de derechas", ha sobrevivido a la prima de riesgo, a Luis Bárcenas, a José María Aznar, a dos elecciones y a un Gobierno en funciones.
La Audiencia Nacional ha decidido llamar a declarar el lunes al representante legal del PP y a la exministra de Sanidad Ana Mato. Y aunque la sombra del 'caso Gürtel' empaña su Congreso Nacional, él saldrá triunfal de una cita a la que se presenta sin rivales y sin que nadie le cuestione después de mil batallas internas. Será aclamado por los suyos para seguir al frente de su partido unos cuantos años más en los que podrá organizar o no su sucesión.
Rajoy sigue en la Moncloa. Ha pasado de una mayoría absoluta a una frágil minoría. De la imposición al diálogo. Y ahora le toca reorganizar su casa para esta nueva etapa. Después ha dado orden de que se celebren rápido todos los congresos regionales. Quiere tener la maquinaria lista por si hay que volver a las urnas.
El equipo
Los populares están deseando que pase su Congreso Nacional para salir de dudas. Nadie espera ni grandes sorpresas ni muchos cambios. Se especula con el futuro de Javier Arenas, con la posibilidad de que se llegue a crear alguna otra vicesecretaria pero la principal incógnita es saber si María Dolores de Cospedal continúa como secretaria general.
En sus filas todos dan por hecho que ella seguirá compaginando su cargo con el ministerio de Defensa. Pero la última palabra la tiene Rajoy. "Sus caminos también son inescrutables", resaltan los que le rodean. Pero recuerdan su dogma: "Si algo funciona, no lo cambies".
Mientras los colaboradores de la dirigente conservadora defienden que el líder del PP tiene todo el derecho del mundo a hacer el equipo que desee. Y, con ello, dejan bien claro que el listado de nombres que lleve en su candidatura se tendrá que aceptar guste o no.
Viendo que la número dos puede repetir, la otra gran pregunta que se hacen los dirigentes populares es si Rajoy nombrará un coordinador. Muchos piensan que Fernando Martínez Maíllo, vicesecretario de Organización, puede ser el elegido. Esta figura ya existió hace años cuando José María Aznar, al llegar al Gobierno en 1996, se llevó con él a Francisco Álvarez Cascos y puso a Ángel Acebes de apoyo para sacar adelante las tareas del partido.
En el PP consideran necesario que haya una persona dedicada a ello en cuerpo y alma. Y, si finalmente se elige un coordinador, Cospedal tendría que delegar funciones pero no dejaría de controlar la formación conservadora. Algo muy importante en la guerra interna que mantiene con Soraya Sáenz de Santamaría.
En las filas populares esperan que también la vicepresidenta gane terreno. Piensan que ella influirá en las decisiones del jefe del Ejecutivo y tratará de situar bien a sus fieles. Algunos cargos no pierden la esperanza de ver aupado a Alfonso Alonso a lo más alto. Creen que tanto él como el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, deberían ganar peso a nivel nacional.
Mientras confían en que otras caras salpicadas por los escándalos de corrupción, como la de Ignacio González o Lucía Figar, no vuelvan a formar parte del Comité Ejecutivo Nacional. Tampoco creen que Rajoy vuelva a incluir a Federico Trillo como vocal por designación, tal y como hizo en el Congreso de Sevilla de 2012.
Y todos saben ya que el puesto de presidente de honor seguirá vacante tras la marcha de Aznar. Será una ausencia que se apreciará en el arranque de esta cita, porque él siempre era el encargado del discurso de inauguración. En esta ocasión el programa cambia. Los barones autonómicos tampoco tomarán la palabra y sólo dos ministros tendrán una intervención, enmarcada en el terreno internacional. El protagonismo debe ser para Rajoy.
Los debates
El Congreso comienza con el debate de enmiendas a la ponencia de Política y Estatutos. De las más de 1.300 recibidas quedan aún unas 200 por resolver. Todas ellas se abordarán a puerta cerrada. Cada delegado dispondrá de su minuto de gloria y luego quien quiera podrá intervenir a favor o en contra. Al final se van a tratar varios asuntos polémicos como la limitación de mandatos, la implantación de primarias, la posibilidad de establecer correcciones al sistema de elección del líder y la acumulación de cargos.
En este último punto saldrá el nombre de Cospedal porque un afiliado del PP de San Clemente (Cuenca), Francisco Risueño, insiste en llevar al plenario su caso concreto de incompatibilidades. Además, ayer, el portavoz adjunto del Ayuntamiento de Madrid, Iñigo Henríquez de Luna, aseguró que Génova aceptaba "una gradual separación y limitación de cargos institucionales y orgánicos de partido". Desde la sede nacional se apresuraron a desmentirlo. La redacción lo deja todo abierto pero si finalmente esto saliera adelante, se podría considerar un avance importante porque el PP estaría asumiendo, al menos, el principio.
En este apartado, también se hablará de Cristina Cifuentes porque en una enmienda se pide que los presidentes de gestora no puedan ser luego candidatos. Esta reclamación viene, además, de sus propias filas. Los que rodean a la presidenta de la Comunidad de Madrid defienden que esta medida no tendría efecto retroactivo y opinan que sólo se ha presentado por incordiar.
Lo que nadie ha demandado por escrito es que exista la figura del coordinador. En Génova aseguran que no pasa nada por no llevarlo en las normas internas porque se puede incluir directamente en el primer Comité Ejecutivo Nacional. Este se celebrará el domingo 12 antes del discurso de clausura de Rajoy.
También habrá confrontación de opiniones en la ponencia social. Por el tema del aborto y, sobre todo, por la maternidad subrogada. En este último tema, los populares reconocen que está siendo "muy complicado" dar con un texto de consenso porque las posiciones están muy distanciadas. Y cuentan que para resolver cuestiones éticas, a partir de ahora, se dejará votar en conciencia.