Gastro
Enoturismo

12 maravillas del enoturismo en España

Las bodegas y paisajes más espectaculares, con la firma de Norman Foster, Puig i Cadafalch... ¡o la madre naturaleza!

De izquierda a derecha y de arriba a abajo: La Mejorada, Codorniu, El Grifo, Sommos, Tío Pepe, Portia, Protos, Ysios, Marqués de Riscal, Brugarol, Viña Tondonia y Ronsel do Sil. / CADENA SER

Madrid

El diccionario de la RAE aún no incluye la voz enoturismo, pero los académicos se han comprometido a estudiar la definición sugerida por los afectados: "Modalidad de turismo basada en desplazamientos a entornos vinícolas, con el propósito de conocer, disfrutar y compartir experiencias en torno a la Cultura del Vino". Es decir: viajes y escapadas en los que se come, se aprende, se bebe y, si se quiere, se suben muchas fotos bonitas a Instagram. Mientras los académicos acaban de pensárselo, nada mejor que una vuelta por alguna de las más de 25 Rutas del Vino que hay en España y, si puede ser, por estas 12 maravillas. Algunas llevan la firma de un arquitecto famoso y otras destacan, sobre todo, por el entorno. Todas merecen la pena y en todas, por supuesto, elaboran grandes vinos.

1. Bodega Brugarol / Finca Bell-Lloc (Empordà)

Diseñada por el estudio catalán RCR, flamante ganador del Premio Pritzker, desde fuera no parece gran cosa... ¡y eso es lo más espectacular de todo! La bodega está (literalmente) enterrada por el viñedo, de manera que la armonía con su entorno es total. Solo sobresalen unas grandes planchas de metal oxidado, procedentes del casco de barco, dispuestas de tal manera que permiten el paso de algunos rayos de sol (los justos). Y a pocos kilómetros, la Costa Brava, las gambas de Palamós y las muchas estrellas Michelin de la provincia de Girona

2. Portia (Ribera del Duero)

Quizá no sepas que se trata de la única bodega del mundo diseñada por Sir Norman Foster, pero si has viajado en coche entre Madrid y Burgos, la tienes que haber visto. Inaugurada en octubre de 2010, sus dueños dicen orgullosos que "su impresionante estética" conjugan a la perfección con la personalidad de los vinos modernos que alberga en su interior, "de gran potencia, riqueza y elegancia".

3. Marqués de Riscal (Rioja Alavesa)

Imposible pasar por delante y no dudar, por un momento, de si estamos en el corazón de la Rioja Alavesa... ¡o en Bilbao! El culpable es el arquitecto candiense Frank Gehry, responsable también del diseño del Museo Guggenheim. Pero no se trata de un edificio bonito y nada más: bajo las placas metálicas dobladas como si fuesen hojas de papel está una de las bodegas más antiguas de Rioja, un lujoso hotel y dos restaurantes asesorados por el dos estrellas Michelin Francis Paniego.

4. Codorníu (Cava)

Josep Puig i Cadafalch, una de las grandes figuras del modernismo, recibió el encargo de diseñar las cavas en las que, desdehace más de 100 años, fermentan (por segunda vez) los cavas de Codorníu. Este año, además, se conmemora el 150 aniversario del nacimiento del arquitecto, por lo que, además de visitar las impresionantes galerías subterráneas, también se podrá acceder a la torre. El edificio fue declarado Patrimonio Artístico Nacional en 1976.

5. Ronsel do Sil (Ribeira Sacra)

No solo elaboran un vino elogiado por The New York Times sino que lo hacen en un entorno espectacular, junto al río Sil. "En la Ribeira Sacra se practica la viticultura de montaña, con más de un 50 % de pendiente. Pero ese paisaje de bancales que resulta maravilloso para el turista, a los bodegueros nos complica mucho el negocio porque todo se hace a mano. ¡Ahí no pueden entrar los tractores! Es una viticultura medieval diseñada por los benedictinos", señalaba la bodeguera y arquitecta María José Yravedra. Su colega Fernando González, de Adega Algueira, sostiene que la Ribeira Sacra, con sus viñedos que parecen pirámides mayas debería ser declarada Patrimonio de la Humanidad. Extrañamente sigue siendo un tesoro poco conocido...

6. López de Heredia (Rioja)

El Barrio de la estación de Haro es como un gran parque temático del enoturismo, solo que en vez de ser un parque, ¡es de verdad! Y aunque en pocos metros hay bodegas tan importantes como Cvne, Bodegas Bilbaínas, La Rioja Alta o Muga, entre otras, quizá la más destacada sea R. López de Heredia (Viña Tondonia), con su icónica torre (Txori Toki) de aire francés, sus profundas galerías dignas de Indiana Jones y hasta una tienda moderna diseñada por la arquitecta iraquí Zaha Hadid.

7. El Grifo (Lanzarote)

Quizá algún día hagamos vino en la Luna o en Marte, pero hasta entonces tendremos que conformarnos con el espectacular viñedo volcánico de La Geria, en Lanzarote. Lo ideal es atravesar la zona en coche o bicicleta para disfrutar del paisaje, pero tampoco está demás visitar alguna bodega. El Grifo, fundada en 1775, es la más antigua de Canarias y alberga un museo con utensilios del siglo XIX.

8. Sommos (Somontano)

La plaga filoxera obligó a los bodegueros de Burdeos a refugiarse en zonas de producción alternativas, como La Rioja... o el Somontano, en Huesca. Prueba de ello es la histórica Bodega Lalanne, situada muy cerca de Barbastro, pero el edificio más icónico de la Denominación es el de Sommos, diseñado por el arquitecto español Jesús Marino Pascual. La gracia de su trabajo, de todas formas, va mucho más allá del skyline porque las salas dedicadas a la elaboración, la crianza y la guarda del vino aprovechan las condiciones térmicas, lumínicas y acústicas del lugar.

9. La Mejorada (VT Castilla y León)

El arquitecto navarro Rafael Moneo, autor del Kursaal de San Sebastián y Premio Pritzker 1996, restauró este antiguo monasterio fundado por Fernando I de Aragón en el siglo XV para convertirlo en su propia bodega. Pero el símbolo de sus vinos es la silueta de la pequeña capilla mudéjar que se encuentra a pocos metros. Para quien esté especialmente interesado en su obra relacionada con el mundo del vino, Moneo también diseñó la Bodega Arinzano, situada cerca de Estella.

10. Bodegas Protos (Ribera del Duero)

Situada al pie de la ladera que corona el Castillo de Peñafiel, el nuevo edificio de Bodegas Protos, diseñado por Richard Rogers, está conectado de forma subterránea con los más de 2 kilómetros de galerías en los que reposan algunos de los vinos más emblemáticos de la Ribera del Duero. Y para comer, tanto las tapas de Valladolid como el lechazo de Aranda están a menos de una hora en coche...

11. Tío Pepe (Jerez)

Tío Pepe pasa por ser la marca española con presencia en más países del mundo y, al mismo tiempo, por ser la bodega más visitada de Europa. Argumentos no le faltan: además de albergar grandes finos o amontillados, cuenta con un edificio proyectado por el mismísimo Gustave Eiffel, una imponente sala de barricas, cientos de firmas ilustres (de políticos, deportistas, toreros o actrices de Hollywood), un trenecito para turistas y, sin duda, una de las tiendas de souvenirs más tentadoras de España.

12. Ysios (Rioja Alavesa)

La única bodega del mundo diseñada por Santiago Calatrava no destaca por por su altura ni por su color blanco —dos rasgos muy asociados a la obra del arquitecto valenciano—, sino por una bella silueta plantada bajo la Sierra de Cantabria, a las afueras de Laguardia, en la Rioja Alavesa. La bodega es tan espectacular por dentro como por fuera, pero al parecer tiene goteras, por lo que sus propietarios han interpuesto una demanda contra Calatrava y le reclaman 2 millones de euros.

Carlos G. Cano

Carlos G. Cano

Periodista de Barcelona especializado en gastronomía y música. Responsable de 'Gastro SER' y parte del...

 
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