El primer éxodo del siglo XXI
Desde finales de la primavera de 2015 las noticias sobre la llegada de cada vez más refugiados a Europa a través del Mediterráneo empezaron a aparecer en los informativos de la Cadena SER, que ya entonces informó de ello desde las Islas griegas. En verano la situación ya había superado todas las previsiones. El foco informativo pasaba de un día a otro de una isla a la de al lado, del Egeo a los Balcanes, de una playa a una frontera lejana, y de una frágil barca de goma a un destartalado tren macedonio. A esas alturas la única manera de abordar informativamente lo que estaba pasando era plantear una cobertura global que incluyera las islas griegas, las fronteras greco-macedonia y serbo-húngara, el campo de Calais en Francia, y la propia Alemania, destino final de muchos de los que protagonizaban lo que ya entonces se había convertido en el primer éxodo del siglo XXI. Consciente de la trascendencia del momento, con el objetivo final de ofrecer una visión lo más completa posible de esta compleja realidad con sus múltiples derivadas, la Cadena SER organizó un despliegue especial en los últimos días de agosto. El grupo de enviados especiales de los Servicios Informativos dio cobertura durante esos días a todos los programas, tanto en antena como en la página web.
Isla de Kos
De paraíso turístico a puerto de la esperanza
Grecia
Este destino turístico es su primer contacto con la Europa soñada, al que los refugiados llegan después de arriesgar la vida, una vez más, cruzando el Egeo desde Turquía. Para los que lo consigan, quizá sea también el último lugar en el que tendrán algo que celebrar. El tamaño de la isla es tal que los mismos sirios o iraquíes que por la mañana llegan en una barca a la playa, horas después se cruzan inevitablemente con turistas del norte de Europa que han elegido Kos como lugar de descanso. Unos dejan pasar el tiempo en la terraza de un restaurante; otros matan las horas de espera frente a la comisaría en que una desbordada administración griega tramita sus permisos para salir de la isla, y poder seguir así su camino hacia Europa central.
Momento de llegada de una de las barcas con refugiados a las playas de Kos.
El bloqueo institucional en Kos mantiene a los refugiados en condiciones penosas.
El inalcanzable lujo de sentarse en un banco.
Rami, el voluntario de la Cruz Roja en Siria que ahora pide ayuda para él.
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Álvaro Zamarreño (Enviado especial a la Isla de Kos, Grecia)
Álvaro Zamarreño (Enviado especial a la Isla de Kos, Grecia)
Idomeni
Primera parada del resto del viaje
Han llegado a Europa. Han llegado a territorio comunitario. Y se han encontrado con vallas de alambre de espino blindando fronteras y policías antidisturbios lanzando gases lacrimógenos. Se han encontrado durmiendo al raso, en las vías del tren, en campos de cultivo, sobre cartones y plásticos. Han llegado a Europa, a territorio comunitario, con su pasaporte pegado al pecho con cinta aislante para que nadie se lo robe. Han llegado con lo imprescindible: una mochila con algo de comida, agua, su certificado de estudios... Han llegado con bebés, unos tienen unos pocos meses y otros incluso han nacido durante la ruta. Hasta 10.000 personas llegan a cruzar, a diario, la frontera entre Grecia y Macedonia; las mismas que caminan durante kilómetros, a través de campos de cultivo, siguiendo los restos de basuras de los que, como ellos, hicieron ese mismo camino unas horas antes para llegar a Serbia. Acaban de pisar territorio europeo, territorio comunitario, y ya se han dado cuenta de que la paz, los derechos y las garantías que pretendían encontrar en este continente están todavía muy lejos de su alcance.
Horas después de llegar a Grecia nació Mohamed, hijo de dos abogados sirios que huyen de Idlib.
Marta del Vado, enviada especial a Idomeni, describe en Hoy por Hoy la situación de los refugiados en la frontera entre Grecia y Macedonia.
Marta del Vado, enviada especial, describe el viaje en tren con los refugiados desde Idomeni a Serbia
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Marta del Vado (Enviada especial a Idomeni, Grecia)
Marta del Vado (Enviada especial a Idomeni, Grecia)
Marta del Vado (Enviada especial a Idomeni, Grecia)
Hungría
El primer muro en la ruta de los Balcanes
Hasta cinco mil personas llegaban cada día a la frontera entre Serbia y Hungría en los últimos días de agosto y los primeros de septiembre de 2015. Trataban de cruzar siguiendo el último tramo de la antigua vía estrecha del ferrocarril entre Horgos (Serbia) y Röszke (Hungría). La mayoría huía de la guerra en Siria y “tras varios años en inhabitables campamentos en Turquía, solo los más fuertes podían emprender la larga travesía por el Mediterráneo y por los Balcanes, abandonando a abuelos y a familiares enfermos”. Lo hacían para salvar a sus hijos. Aquellos mismos días el ejército húngaro construyó a ritmo forzado seis campos de internamiento en la frontera y levantó un vergonzoso muro de alambradas desde Rumania.
Joan Solés, enviado especial a Hungría, describe en “Hoy por Hoy” la situación en la frontera con Serbia tras la construcción del muro y la persecución policial a los refugiados que lo superan.
Joan Solés, enviado especial a Hungría, describe en “Hora 25” la situación en la frontera con Serbia tras la construcción del muro.
Berlín
El destino soñado espera
A finales de agosto de 2015 Alemania suspendió para los ciudadanos sirios el Convenio de Dublín, la normativa europea que obliga a los demandantes de protección internacional a tramitar las solicitudes de asilo en el primer estado europeo que pisan. La medida se convirtió, en la práctica, en un “efecto llamada” y en pocas semanas el gobierno de Angela Merkel se vio obligado a improvisar centros de acogida por todo el país para hacer frente a la incesante llegada de refugiados.
La corresponsal en Berlín, María Prieto, describe en “Hoy por Hoy” uno de los centros de acogida para refugiados organizados por el gobierno en Berlín.
La corresponsal en Berlín, María Prieto, describe en “Hora 25” uno de los centros de acogida para refugiados organizados por el gobierno en Berlín.
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María Prieto (Corresponsal en Berlín)
Calais
La jungla a una hora del paraíso
Hace unas décadas, en las afueras de Calais, se creó una zona de recreo donde los niños pasaban unas semanas en verano. Era un lugar ideal para instalar un campamento, cerca del mar, rodeado de zonas verdes. Se le llamó Jules Ferry, en memoria del hombre que instauró en Francia la enseñanza pública, laica y gratuita. Hoy en este campo, que no tiene ni categoría de campamento de refugiados, se concentran en poco más de dos kilómetros miles de víctimas de los principales conflictos abiertos en el mundo. Lo llaman "la jungla", un término que puede parecer exagerado hasta que se visita.
Una escuela en la jungla.
Sonia Ballesteros describe en “Hoy por Hoy” sus primeras impresiones tras llegar a "La Jungla", el campamento de refugiados en Calais.
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Sonia Ballesteros (Enviada especial a Calais, Francia)
Sonia Ballesteros (Enviada especial a Calais, Francia)
Programación especial
Durante esos días, los principales programas de la Cadena SER dedicaron espacios a esta cobertura especial