Las claves de la primera vuelta de las elecciones en Francia, en diez palabras
La segunda vuelta de las presidenciales enfrentará al socioliberal Emmanuel Macron y a la ultraderechista Marine Le Pen
París
La segunda vuelta de las presidenciales francesas enfrentará al socioliberal y centrista Emmanuel Macron y a la ultraderechista Marine Le Pen, como habían pronosticado los sondeos, consumando así el desastre de conservadores y socialistas. Éstas son, condensadas en diez palabras, algunas de las claves que explican lo sucedido en Francia y el panorama que se abre para la segunda vuelta del 7 de mayo.
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1. Cambio
La sed de cambio es tan evidente que ha llevado a las puertas del Elíseo a un joven candidato de quien todavía se conoce muy poco. Hace solo un año, Macron era un ministro de Economía novato y sin apenas experiencia política. Hoy es el favorito.
Le Pen es una vieja conocida, pero su propuesta es radicalmente rupturista y todavía no ha sido testada con tareas de mando.
2. Participación
Los institutos demoscópicos acertaron en todo, salvo en una cosa: la abstención fue mucho menor de la prevista. El 79% de franceses que fueron a votar influyeron en que Le Pen no obtuviese un resultado tan alto como esperaba y en que Macron sumase al carro a muchos indecisos.
3. Jóvenes
Le Pen tenía grandes esperanzas en que la juventud francesa le diese la primera plaza desde la que asaltar la Presidencia en la segunda vuelta. Pero en esta ocasión los jóvenes le dieron la espalda.
En la franja de 18 a 24 años, perdió frente al izquierdista Jean-Luc Mélenchon, mientras que de los 25 a los 34 fue Macron quien la derrotó, según datos del instituto Ipsos.
4. Corrupción
Hace hoy tres meses, el 24 de enero, el conservador Franços Fillon era virtualmente presidente de Francia. Un día después, el semanario Le Canard Enchaîné reveló que había dado un empleo falso durante décadas a su esposa Penelope. Allí acabaron sus posibilidades. Las sospechas de corrupción lo borraron de unas elecciones que se presumían casi como un paseo militar.
5. Cataclismo
O hecatombe. O debacle. O incluso apocalipsis. Se agotan las palabras para definir el desastre electoral vivido por el Partido Socialista y su candidato, Benoît Hamon.
Con apenas un 6% de los votos, estuvo a punto de vivir la humillación suprema de ser derrotado por uno de los llamados "candidatos pequeños", Nicolas Dupont-Aignan. Todas las alarmas han sonado en la calle Solferino, sede del partido, antes de afrontar las cruciales legislativas de junio.
6. Europa
Muchos son los aspectos que diferencian a Macron de Le Pen, pero quizá pocos son tan evidentes como su posición hacia la Unión Europea. Europeísta fervoroso y partidario del eje francoalemán uno, ultranacionalista y eurófoba la otra, la cuestión europea pesará como nunca en la segunda vuelta.
7. Dinero
Los más ricos votaron por Macron, los más pobres por Le Pen. Es simple, pero es así. La brecha entre la Francia que triunfa y la que sufre se reflejó nítidamente en el voto.
Aunque hay matices: el socioliberal le "robó" a Fillon la primacía en los hogares más acomodados, mientras que Mélenchon le dio un mordisco doloroso a la ultraderechista entre las familias que sufren para llegar a fin de mes.
8. Silencio
Los principales derrotados en la jornada electoral, Fillon y Hamon, no esperaron un minuto para anunciar que votarán por Macron en la segunda vuelta con el fin de frenar a la ultraderecha. Hubo uno que calló: Mélenchon. Y que delegó en los militantes que lanzaron su candidatura la decisión sobre a quién apoyar.
9. Primarias
Por primera vez los dos grandes partidos de Francia, socialistas y republicanos, eligieron en primarias a sus candidatos presidenciales. Y por primera vez ambos se quedaron al mismo tiempo fuera de la segunda vuelta.
Los triunfadores de la noche, Macron y Le Pen, no pasaron por primarias, ni tampoco el "vencedor moral" de la jornada, Mélenchon. El debate está servido.
10. Hollande
El actual presidente, François Hollande, vio las elecciones desde la barrera. Nunca antes un mandatario había renunciado a presentarse a su reelección. Y tampoco nunca podrá saberse el peso que su decisión ha tenido sobre el resultado.