Reconstruir vidas a través de la solidaridad: una oportunidad de las fundaciones para personas en exclusión
Cuando las crisis se incrementan, la ayuda de las fundaciones se hace indispensable para quienes no tienen recursos Para combatir la precariedad social y las desigualdades, la Fundación MAPFRE ofrece a personas en riesgo de exclusión social una segunda oportunidad a través de la ‘Fundación Tengo Hogar’ en Madrid y del proyecto ‘La Llar del Raval’ junto a la ONG ‘BarcelonaActua’
Madrid
La crisis sanitaria y económica que la COVID-19 ha provocado en el panorama internacional sigue abriendo la brecha de desigualdad social entre los más vulnerables. Ya son dos años conviviendo con el coronavirus, y según el último informe de la Fundación FOESSA, presentado por Cáritas, a partir de una encuesta realizada en 7.000 hogares, la pandemia ha provocado un “shock sin precedentes” en muchas familias. La desigualdad ha crecido más en un año que en toda la crisis de 2008 y la diferencia entre la población con más renta y la de los más pobres ha crecido un 25% en el mismo periodo. También la precariedad laboral se ha resentido, más todavía, y son casi dos millones de hogares los que dependen del trabajo de una sola persona, que además, se encuentra en una situación de inestabilidad laboral grave.
Esta situación afecta principalmente a las mujeres y a los jóvenes entre 16 y 34 años, los que han sufrido el contexto de dos crisis económicas. Ante esta realidad y frente a la falta de recursos, el trabajo y la ayuda de organizaciones sociales y de proyectos como los que ofrece la Fundación MAPFRE se hacen imprescindibles para que muchas familias puedan, no solo salir adelante, sino disfrutar de una segunda oportunidad.
En La Ventana de la Cadena SER hemos querido conocer de cerca la historia y la labor de dos de ellas. La ‘Fundación Tengo Hogar’, que ayuda a más de 90 familias en Madrid, y el proyecto ‘La Llar del Raval’, uno de los espacios en los que la ONG ‘BarcelonaActua’ atiende a más de 200 personas vulnerables, en su mayoría personas sin hogar.
‘Tengo hogar’: formación laboral para comenzar una nueva vida
‘Dale un pez a un hombre y comerá un día; enséñale a pescar y comerá siempre’, estas palabras que formuló en su día Confuncio son las bases de la ‘Fundación Tengo Hogar’, que se encarga desde hace seis años en trabajar la formación laboral de cada uno de sus usuarios. Como Wendy, una salvadoreña de 34 años que tuvo que emigrar junto a su familia de su país: “Quisiera estudiar, superarme, porque mi primer obstáculo aquí fue que tocaba puertas y me pedían experiencia. Sentíamos que nos habíamos cerrado en un círculo cuando ella me dijo no, pues mira, aquí tienes oportunidades, tienes que superarte, eres joven. Y ya tengo todos los papeles, soy sociosanitario. Gracias a ellos estoy trabajando”. La persona que le ayudó es Esther Macías López, directora adjunta y trabajadora social de la Fundación. Conocemos su trabajo a través del reportaje de Laura Piñero:
REPORTAJE | Fundación Tengo Hogar
04:21
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La organización interviene en cada familia en función de sus necesidades. Como explica Mencías, se conoce tanto la situación familiar como la económica y se elabora entonces un plan de actuación. El objetivo principal es que puedan conseguir la autonomía plena, y por ello el empleo es el primer objetivo que se trabaja
Desde el inicio de la pandemia el número de peticiones de ayuda a la organización han aumentado hasta un 30%. Afortunadamente dicen que también han notado un incremento de voluntarios y empresas que ofrecen su talento al compromiso colectivo. En ese sentido, Esperanza trabajaba en recursos humanos y actualmente ayuda a desconocidos a encontrar trabajo: “Creo que alguien que tiene la fuerza, las ganas, el empuje de salir adelante como lo tienen estas personas merecen una oportunidad. Creo que esos valores en una empresa son súper valiosos.”
Entre esa red de voluntarios que, según su perfil, se ocupan de distintas áreas, se encuentra también Javier, que se dedicaba al mercado inmobiliario y ahora asesora a otros en materia de vivienda. “Echarles una mano para encontrar vivienda, negociar a lo mejor con las agencias, con los propietarios y poder echar una mano”, asegura, ya que las personas que solicitan ayudas suelen tener hijos y sueldos muy bajos.
La organización colabora además con otras entidades que les derivan, por ejemplo, a víctimas de violencia de género, como en el caso de Mariana, natural de Moldavia, de 37 años y madre soltera: “Para madres solas lo más importante es la vivienda. Ahora estoy mejor, la fundación me ha apoyado. Estoy haciendo un curso de directora de seguridad”.
‘Tengo hogar’ no sería posible sin los programas de apadrinamiento y micro ayudas que financian organizaciones como Fundación Mapfre y que, como explica su directora adjunta, ayudan a cubrir las necesidades de las familias de múltiples maneras: a través del acompañamiento laboral, del voluntariado de sus trabajadores, impulsando proyectos de refuerzo escolar, facilitando el transporte, acompañando en actividades de ocio…
‘BarcelonaActua’: una nueva oportunidad para las personas sin hogar
Nunca sabes cuando te va a cambiar la vida, o cuando se la puedas cambiar a alguien. Es lo que le pasó a Laia Serrano hace 11 años, cuando decidió dar un giro a su vida tras escuchar un programa de radio donde los oyentes contaban las cosas que iban a dejar de hacer en Navidad como consecuencia de la crisis. Una mujer llamó para invitar a esas personas a su hogar. “De ahí saqué dos conclusiones. Por una parte que había gente de mi entorno pasándolo mal, y por el otro que había mucha gente con ganas de ayudar y que no sabía cómo hacerlo”, relata.
Fue por ese motivo que fundó la ONG ‘BarcelonaActua’, que trabaja para ayudar a los colectivos más vulnerables a través de una comunidad de voluntarios y financiación público privada. Y es en el espacio ‘La Llar del Raval’, donde la Fundación MAPFRE desarrolla trabajos de ayuda, principalmente para personas sin hogar. Conocemos sus historias a través de este reportaje:
REPORTAJE | Fundación Barcelona Actúa
04:17
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El objetivo es, como explica Laia Serrano, que las personas se sientan como en casa. No solo ofrecen comidas, también tertulias y actividades creativas que fomentan las relaciones sociales entre los invitados, además de ayudarles a encontrar y potenciar sus habilidades. Javier es una de esas personas que han encontrado en la organización un hogar. Ha salido de la calle, ha encontrado un trabajo y ahora él mismo es voluntario, una opción que también se ofrece a los usuarios. “La gente que está en la calle se queda parada, cae en la depresión y ya no hacen nada. Yo no quiero eso”, cuenta. La de Víctor es una situación distinta: no tiene empleo, pero ha salido del aislamiento de la calle, y en la fundación encuentra un sitio donde sentirse arropado y útil para la sociedad. Colabora en el voluntariado y ha pedido ayuda para administrar la prestación económica que percibe.
Todo ello no sería posible sin la ayuda de voluntarios como María José y Jaume, que se han convertido en sus amigos. Jaume ha sido durante muchos años cooperante internacional, y un día hablando con una de sus vecinas decidió colaborar con ‘BarcelonaActua’: “Ven imposible no poder salir de ese mundo, pero yo creo que es posible. Es tan fácil como sencillamente creer y ver cosas que estas personas, por el motivo que sea, en un momento determinado, han dejado de ver”. Él también se lleva una lección importante de las personas a las que ayuda, “cambiar esa mirada que a veces tenemos tan cargada de prejuicios contra gente que son nuestros vecinos y acabarán siendo nuestros amigos”.