Gente

Rubén Chumillas abrirá su estudio centro cultural en Almodóvar del Pinar

El diseñador gráfico admite que La Manchuela le aporta la inspiración y el contacto directo con la naturaleza que él necesita

Cristina Mora

Motilla del Palancar

Rubén Chumillas, natural de El Herrumblar, es diseñador gráfico y pese a sus 39 años, ya cuenta con una amplia carrera profesional llena de reconocimientos. Su vida es un ejemplo de superación, de lucha constante por sus sueños y de “saltos al vacío”, como lo denomina él mismo.

Cuando terminó el instituto, comenzó a trabajar con su familia en la construcción. Sin embargo, ya desde pequeño, era un apasionado de la lectura y pasaba mucho tiempo en la biblioteca “mirando enciclopedias ilustradas de dinosaurios y evolución”. Debido a su trabajo como albañil, se movió por muchas partes de España, por lo que siempre que tenía oportunidad, visitaba las exposiciones disponibles en dichos lugares.

A los veintisiete años, decide comenzar a estudiar diseño gráfico en la Escuela Superior de Diseño de Madrid. Durante sus años de estudio recibió numerosos premios como el Laus Oro de Estudiantes en 2014 y 2015, Laus Bronce Profesional en 2017 y el Grand Laus de Estudiantes en 2015, el cual le permitió formar parte del jurado para la categoría de estudiantes del siguiente año. Rubén considera que dichos premios son una buena oportunidad para los estudiantes, ya que estos se dan a conocer, sin embargo, también es necesario saber lidiar con la frustración si luego no son elegidos. Así pues, recalca que “los premios no solucionan la vida, luego debes seguir trabajando, incluso más, para demostrar que eres valedor de los premios”.

Rubén Chumillas, diseñador gráfico

Tras terminar sus estudios, comenzó a trabajar en el departamento de Dirección de Arte de Santillana durante cinco años, desde 2014 a 2019. Dicha etapa la recuerda con cariño, porque pudo aprender mucho de los profesionales con los que trabajaba, así como de la organización necesaria entre los diferentes departamentos para poder sacar un libro. Sin embargo, con los años, se da cuenta de que las oportunidades de crecer como profesional en la empresa son limitadas. Por ello, comienza a compatibilizar su trabajo en Santillana con su actividad independiente, la cual dura hasta la actualidad.

Entre sus premios y reconocimientos destaca su Nominación Latin Grammy en 2018 de mejor dirección de arte por el disco de Vetusta Morla ‘Mismo sitio, distinto lugar’. Este momento fue especialmente importante, ya que a Rubén le apasiona el diseño musical, de hecho posee desde pequeño una amplia colección de discos. Entre risas, comenta: “Yo ya me puedo retirar tranquilo, mi realización personal, con esto ya la tengo completa […] Recibir el reconocimiento de la gente de la zona, de mi pueblo y el cariño de todos ellos es lo mejor. Además, fue fantástica la experiencia de la gala en Las Vegas, vino mi primo conmigo e hicimos una cobertura a través de las redes sociales”.

Rubén Chumillas

Rubén recalca que en parte su disciplina viene de su etapa laboral como albañil, la cual pone en valor y destaca la importancia de los trabajos manuales, que también tienen mucho de intelectuales. De hecho, cuando fue a trabajar a Madrid, en su carta de presentación escribía: “Vengo de un pueblo pequeño de Cuenca, El Herrumblar, donde me enseñaron a trabajar con las manos y a pensar con la cabeza”.

En su mente siempre estuvo la idea de volver a La Manchuela a trabajar como diseñador gráfico. Sin embargo, no sabía cómo hacer dicha transición y crear el clima adecuado, para poder instalar su estudio en la zona. Para ello, fue decisiva la etapa en Islandia, la cual le mostró cómo desarrollar proyectos sostenibles, en una zona remota y con poca población.

Así pues, durante casi dos años, 2020 y parte de 2021, estuvo viviendo en un pueblo pesquero de Islandia de unos 290 habitantes en un fiordo de la zona más remota del país. Desde entonces, está colaborando con empresas dedicadas a la innovación en zonas rurales como ‘Blabankin’, con la recientemente creada ‘Eastofmoon’ y con un colectivo cultural que publica una revista literaria multilingüe ‘Opressan’.

Tras esta etapa, volvió a El Herrumblar y pretende instalar su estudio centro cultural en Almodóvar del Pinar, porque tal y como confiesa en la entrevista: “La Manchuela me inspira, necesito tener un contacto directo con la naturaleza, tener un contacto más cercano con la gente”.