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Suecia deja a España sin la triple corona europea

En un partido disputado hasta el final, los Hispanos caen ante Suecia en la final del europeo (27-26)

Los Hispanos defienden al jugador sueco / Nikola Krstic/MB Media

Los Hispanos defienden al jugador sueco

Suecia se mantiene como la única selección con tres europeos consecutivos tras aguarle la fiesta a los Hispanos en la final (27-26). Pese a ello, la medalla de plata supone la cuarta consecutiva ganada por una generación tremenda para el balonmano español.

Los mejores momentos

Budapest podía ser el escenario de una nueva gesta del deporte español con el tercer europeo consecutivo de los Hispanos. La tensión, por tanto, se palpaba en el ambiente. La Selección Sueca, el equipo que intentó evitar Dinamarca en semifinales por su potencial, comenzaron con dos tantos ante una ofensiva española que comenzaba a trabarse con el acierto bajo palos de Palicka. Pese a ello, los Hispanos no se vinieron abajo gracias a un gran Ángel Fernández, que mantuvo al equipo al ritmo ofensivo de los escandinavos.

La batalla estaba siendo tremendamente intensa, y la Selección no acababa de hacer efectivo el sorpasso en el marcador. Palicka, que ya acumulaba un buen número de paradas y dos tantos en su hoja de estadísticas, traía por el camino de la amargura a los Hispanos, viéndose con esa frustrante de sensación de estar muy cerca y demasiado lejos al mismo tiempo. Entonces, tras un necesario tiempo muerto, Figueras consiguió darle la delantera a España, manteniéndose esta hasta el final de la primera parte con un ajustado 12-13 para los de Jordi Ribera.

Muy distinto fue el inicio de la segunda parte en relación con el de la primera, que aún con la expulsión de dos minutos de Peciña, comenzó bastante mejor de lo que se podía suponer. La defensa de los Hispanos, el sello diferencial de esta Selección, se impuso al poderío ofensivo de los suecos para seguir con la previsión favorable para los de Ribera de encajar menos de 30 goles. Pese a ello, la Selección Sueca rompió rápidamente ese statu quo, metiendo el partido en un intercambio de golpes que no se correspondía demasiado con esa previsión hispana de la finalísima.

El partido entró en los 10 minutos finales, esos en los que cada jugada puede decidir el rumbo del partido. Los Hispanos, por desgracia, no acababan de encontrar el dominio de la situación desde su defensa; mientras, en ataque, Palicka se erigía como un muro que ya alcanzaba el plano mental de la ofensiva de los de Ribera. Pese a ello, el alma de este equipo hace que cualquier situación se pueda revertir. Dos buenas defensas consecutivas de España finalizadas con sendas paradas de Gonzalo Pérez de Vargas permitieron soñar a los Hispanos con una última posesión para acabar el partido y romper el empate a 26.

Con la victoria tan cerca, Canellas, pensando que iban a pitar un lanzamiento desde los 7 metros, soltó el balón. El colegiado no pitó, dejándole la última posesión a los suecos. Pese a que la jugada fue similar, la suerte fue distinta, ya que esta vez sí que señalaron penalti. Pérez de Vargas, que estuvo cerca de citarse con la historia, se quedó cerca de parar el lanzamiento, dejando el 27-26 en el marcador. Suecia, la única selección con tres europeos consecutivos, fue el verdugo del sueño de los Hispanos de repetir tal hazaña, dejando un sabor agridulce ante el buen torneo realizado. Aun así, solo queda aplaudir a un equipo con un presente tan brillante como su futuro, mostrando que al balonmano español le quedan muchas alegrías por dar.

 
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