El micromentario de Pepe Belmonte: 'Transparencia inmatriculada'

Murcia

Durante estos días, los medios de comunicación han vuelto a recordar que la Iglesia, al menos aquí, en la Región de Murcia, está en posesión de casi quinientos bienes inmatriculados. O si lo prefieren, para ser más claros: propiedades de todo tipo que constan a su nombre, a nombre de la Iglesia, aunque, muchas de ellas, pertenezcan a otros titulares, como ayuntamientos o gente de a pie, como usted o como yo.

Una muestra más de la afición por lo terrenal de esta sacrosanta institución que, por otra parte, siempre hace alarde de su pobreza y humildad, de ahí que reciba fondos del propio Estado, sacados de los bolsillos de los ciudadanos, creyentes o no.

Pero lo que más me llamó la atención fueron las palabras de un representante de la iglesia de nuestra región que manifestaba, sin cortarse un pelo, precisamente, a este mismo medio, a Radio Murcia, que la Iglesia es una institución que siempre se ha caracterizado por su transparencia.

Menuda transparencia, cuando, al mismo tiempo, también estos días, siguiendo su política oscurantista, hemos sabido que la Conferencia Episcopal española se ha negado en redondo a abrir una investigación sobre los infinitos casos de pederastia de muchos de sus miembros.

Ya en el siglo XIV, uno de sus curas más distinguidos, Juan Ruiz, conocido como Arcipreste de Hita, retrató en sus versos la verdadera cara de una Iglesia que, por su incomprensible actitud y sus muchas mentiras, se está quedando sin clientela:

“Dicen frailes y clérigos que aman a Dios servir/ mas si huelen que el rico está para morir/ y oyen que su dinero empieza a retiñir/ por quién ha de cogerlo empiezan a reñir”.

Santa palabra.

Pepe Belmonte