Paradojas de la gestión municipal
Llega la aprobación del presupuesto municipal para 2022 y el equipo de gobierno presenta unas cuentas que califican como las más expansivas y sociales de la historia de Alicante
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Alicante
No descubro nada si recuerdo que nuestro alcalde Barcala, a lo largo de este mandato, ha hecho continua oposición al Consell. En ese papel siempre se ha mostrado muy cómodo. En unos casos apelaba a la falta inversiones; en otros, hablaba del abandono a la hora de gestionar la crisis social que ha provocado la pandemia y, en otros, de la manipulación ideológica que llegaba de Valencia.
Ahora llega la aprobación del presupuesto municipal para 2022 y el equipo de gobierno presenta unas cuentas que califican como las más expansivas y sociales de la historia de Alicante, lo cual no les viene nada mal. Pueden mostrar su lado más social en esta recta final de cara a las próximas elecciones municipales. El matiz que obvia el primer edil, es que, si lo son, es en gran medida por las transferencias y las inversiones de la Generalitat en Atención Social y en Educación.
La cuestión que tampoco podemos olvidar es que esa inflación de críticas servía para tapar las carencias propias de gestión o, incluso, el bloqueo político a medidas que adoptaba el Consell. Y me refiero al Plan Edificant, que si se va a empezar a hacer realidad es por la incesante presión educativa.
En fin, paradojas de la gestión municipal.