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El ginecólogo que inseminó a sus pacientes con su propio esperma: se han identificado 21 hijos

El caso ha ocurrido en Países Bajos, donde un hospital ha sonado la alerta para encontrar a más posibles hijos del médico Jos Beek, que en los años 70 y 80 inseminó al menos a 21 de sus pacientes con su propio esperma sin su consentimiento

El ginecólogo que inseminó a sus pacientes con su propio esperma: se han identificado 21 hijos

Madrid

En la localidad de Leiden, en Países Bajos, 21 personas contrataron los servicios de una empresa especializada en temas de paternidad. Todas ellas habían sido concebidas mediante inseminación artificial en la misma clínica entre los años 70 y los años 80, y querían averiguar quiénes habían sido sus donantes. La sorpresa llegó al analizar muestras de su ADN, cuando se descubrió que las 21 personas tenían el mismo padre: el médico que atendió a sus madres en la clínica.

Jos Beek, médico fallecido en 2019, utilizó su propio esperma para inseminar a al menos 21 mujeres entre 1973 y 1986, por supuesto sin el consentimiento de ninguna de las pacientes, que pensaban que el esperma era de donantes anónimos que habían pasado los procesos de selección pertinentes.

Asegurar la descendencia ilegalmente

El caso se hace público ahora, después de que el hospital en el que sucedieron los hechos haya abierto una página web en la que informan del caso y piden colaboración ciudadana para encontrar a más víctimas. Isabel Ferrer, corresponsal de El País en Países Bajos, ha explicado en La Ventana que el hospital no tiene archivos de esa época, ya que son periódicamente destruidos.

“No se sabe cuántas pacientes pudo tener, así que hay que buscar, ahora que se ha dado a conocer y se ha hecho publicidad, a través de las madres y los hijos”, ha contado la corresponsal.

También ha explicado que la inseminación artificial está regulada en Países Bajos desde los 90: “No se pueden hacer tratamientos de fertilidad sin que haya, no sólo un código deontológico, que debería ser el de los propios medios, sino también unas normas a escala nacional. Pero hasta ese momento, aunque las clínicas y los hospitales empezaron a hacer este tipo de tratamientos en los años 70, hasta los 90 no se regula”.

“Por lo tanto”, ha continuado Ferrer, “no es que no se vigilara a los médicos, es que los médicos hacían un poco lo que querían, si no tenían la ética que deberían haber tenido”.

Es la tercera vez que ocurre

No es la primera vez que se destapa un escándalo de esta índole en Países Bajos. Ha ocurrido en dos ocasiones más, con detalles incluso más sorprendentes, como cuenta Ferrer: “Los tres médicos están ya fallecidos, en 2017 saltó otro médico que tiene por lo menos 49 hijos en estas condiciones, y hay otro más con por lo menos 34. La situación es, no sólo grave para todos, sino que es muy llamativa por las cifras”:

La conmoción que el primero de estos casos causó fue enorme, ya que sólo con este ginecólogo puede haber hasta 100 hijos, aunque de momento se han reconocido 49. como apunta la corresponsal “este caso fue tremendo, tremendos los tres, pero la cifra asustaba”.

“Los hospitales dicen ahora que esto ya no puede pasar porque las normas están regularizadas a escala nacional”, ha señalado, “hasta el año 2004 el donante en Países Bajos era anónimo, a partir de entonces se puede buscar al padre biológico si tienes más de 16 años”.

Los hijos de este primer médico se han conocido entre ellos y tienen relación, así que de este hecho traumático han, por lo menos, podido sanar un poco la herida. Sigue siendo llamativo que en un país se den tantos casos de ginecólogos que inseminen sin consentimiento a sus pacientes con su propio esperma, pero como en estos tres casos conocidos los culpables ya han fallecido, de momento la pregunta del por qué se quedará sin respuesta.

Paula García

Redactora en prácticas en La Ventana desde 2021....