La adecuación de espacios en el Patronato San José concluirá la próxima semana

Gijón

Ya queda menos para que los alumnos del Colegio San Vicente, en Gijón, vuelvan a clase. No será en el centro de siempre, que sufre daños de consideración como consecuencia del derrumbe en el que murieron dos trabajadores. El traslado de sus 680 alumnos al Patronato San José obliga a acometer obras de adecuación que encaran ya su recta final. Desde la instalación de ocho aulas modulares a trabajos de instalación eléctrica o pintura. El director del centro, afectado por un derrumbe el pasado 5 enero, agradece la agilidad del Principado en la concesión de permisos y la paciencia de las familias durante estas semanas de enseñanza online.

En total, se conseguirán las 26 clases necesarias para un traslado íntegro que aún no tiene fecha. Dependerá, explica Manuel Fuertes, de los últimos trámites administrativos pero garantiza que se hará efectivo durante este mes de febrero y que los horarios no serán un problema. "Creo que las cosas van a ser más sencillas de lo que parece. Los dos colegios hemos cuadrado horarios y prácticamente no hay ajustes".

El procedimiento puesto en marcha por la Consejería de Educación se denomina jurídicamente Resolución de revocación de la autorización de enseñanzas y tiene como objetivo tramitar de manera excepcional la actividad lectiva presencial del Colegio San Vicente de Paúl en el Patronato San José durante el actual curso lectivo. La Fundación Educere ya ha presentado formalmente la documentación necesaria sobre organización del alumnado que ahora deberá revisar la administración regional.

La idea es que el edificio del barrio de La Arena recupere la normalidad de cara al próximo curso.