El Sindicato Médico amenaza con llevar a los tribunales el nuevo plan de Atención Primaria por el "menosprecio" a la figura del médico y del pediatra

Alicante

El Sindicato Médico de la Comunidad Valenciana CESM-CV rechaza categóricamente el “Marco Estratégico de Atención Primaria y Comunitaria que el pasado 28 de enero presentó la consellera, Ana Barceló, por considerarlo un "menosprecio" a la profesión médica.

En un comunicado de prensa expresan "su profunda decepción" por la orientación que Sanidad quiere dar a la Atención Primaria.

Se quejan de no haber sido convocados a participar en la elaboración de un documento que, aseguran, "desprecia claramente la figura del Médico de Familia y Pediatra de Atención Primaria" al derivar funciones propias y exclusivas del médico a otras profesiones sanitarias.

Tachan el análisis de la situación actual de Primaria de "superficial y erróneo". Y apuntan que este marco estratégico plantea la posibilidad de que la dirección de un equipo de Atención Primaria pueda recaer en personal de enfermería. Algo "totalmente ilegal e inadmisible" que -ya adelantan- como no se retire, les llevará de nuevo a los tribunales de justicia, como hicieron con la cuestión de los EPI.

Añade el secretario general del Sindicato Médico en la Comunitat, Víctor Pedrera, que el reparto de aumento de plazas queda en una total indefinición, y se temen que se limite al personal de enfermería y de otras categorías, cuando el problema principal radica en la sobrecarga asistencial que sufren médicos y pediatras en la consulta.

El documento, sostiene Pedrera, se limita a un listado de objetivos y acciones indefinidas en plazos, como "un brindis al sol" y "una burla nueva" a los médicos de Atención Primaria, porque fía la consecución de objetivos y acciones a profundas modificaciones de la normativa "nada creíbles", como la conversión de los contratos de Atención Continuada en plazas estructurales o cambios en la normativa de bolsa.

Insisten desde el sindicato en que la Atención Primaria de la Comunitat viene arrastrando un déficit estructural de al menos 500 médicos de familia y 100 pediatras para dar una atención adecuada, a lo que hay que sumar unas 400 plazas diarias de especialistas de Medicina Familiar y Pediatría sin cubrir por distintos motivos. De las 1600 plazas en Primaria que se prevé ampliar, creen que como mínimo 600 deberían ir destinadas a médicos de Familia y pediatras.