Estancamiento

Asturias

De no haber grandes cambios a corto y medio plazo el presidente del Principado, Adrián Barbón, acabará la legislatura autonómica sin dos de los grandes objetivos que se había marcado al comienzo del mandato: sin reforma del Estatuto de Autonomía y sin una nueva financiación para las comunidades autónoma. En uno y otro caso el estancamiento negociador es manifiesto, como lo reconoce el propio presidente del ejecutivo autonómico.

Sin oficialidad de la llingua no habrá reforma estatutaria. Eso al menos era lo que habían asegurado hasta ahora los socialistas. No es que estuvieran muy convencidos en el PSOE de que la cooficialidad fuese lo más apropiado, pero era un compromiso electoral y como tal lo plantearon al resto de las fuerzas políticas. IU y Podemos recogieron el guante de la negociación de forma inmediata. La derecha no, excepto Foro. Pero en este último caso con un matiz muy relevante, que es el que hace realmente difícil, por no decir imposible, continuar buscando acercamientos. Y que no es otro que ligar el posible pacto sobre el bable a una política fiscal diferente, a la baja. IU lo rechaza de forma rotunda, por mucho que Podemos se muestre menos drástica y plantee incluso alternativas a las propuestas foristas. PP y Ciudadanos sí estarían dispuestos a entrar a dialogar sobre impuestos; por supuesto no sobre el asturiano. Como se ve un auténtico galimatías que no parece que vaya a ir a ningún sitio.

Como tampoco da la sensación de que haya llegado el momento de abordar con ciertas garantías de éxito el debate de la financiación de las comunidades autónomas, una discusión repetidamente pospuesta en los últimos años. A Adrián Barbón no le hace ninguna gracia que el actual Gobierno central socialista continué dando largas al asunto, como hicieron antes los gabinetes del PP. “O se pone mucho más dinero sobre la mesa o es imposible reformar la financiación autonómica”, dijo el pasado miércoles el presidente del Principado. Un pronunciamiento bastante contundente, acostumbrados como están los asturianos a ver como Barbón evita la confrontación con Madrid o, simplemente, se decanta por el silencio.