Trabajar en una ‘granja de cadáveres’: “Si no llueve se nota más el olor de los restos”

Madrid

El término ‘granja de cadáveres’ evoca en la mente escenas más propias de la ciencia ficción que de la criminología. Pero sí, las granjas de cadáveres existen, y se utilizan para estudiar cuerpos y así poder aplicar los descubrimientos al ámbito forense.

Los resultados, por ejemplo, sirven a los científicos para conocer cómo se deteriora el cuerpo a lo largo del tiempo o en determinadas circunstancias, lo que puede ayudar a determinar cuánto tiempo lleva una persona muerta durante una autopsia, o en qué condiciones fue tratado el cadáver.

Patricia Peiró ha explicado en La Ventana la verdad que se esconde tras ese sensacionalista término, estas granjas de cadáveres son, técnicamente, laboratorios de antropología forense a cielo abierto o cementerios forenses.

Trabajar con cadáveres en descomposición

Son grandes superficies de terreno al aire libre, donde se sitúan los cadáveres y se analiza su descomposición teniendo en cuenta diferentes factores. Hemos hablado con Ivanna Robledo, que es antropóloga de la universidad de Texas y trabaja en uno de estos lugares.

Ella ha explicado que en este centro de investigación conducen varios tipos de experimentos: “En restos que están enjaulados para evitar la interacción de pequeños animales, también hay individuos que están enterrados para poder analizar también ese proceso de descomposición, o hay individuos que son dejados al aire libre para monitorear el proceso de descomposición ya con la interacción de aves y pequeños animales”.

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Trabajar en ese centro no es tan incómodo como parece, Ivanna explica que tienen equipamiento adecuado, como botas y guantes, para no contaminar el entorno y, sobre todo, no llevarse el entorno a casa con ellos. Aunque es cierto, admite, que “cuando llueve huele un poco más fresco, pero si no sí se nota más el olor de los restos”.

Los muertos también bailan

El estudio de los cadáveres no sólo es útil para la ciencia forense, también revela datos tan extraños como este: los cadáveres bailan. Eso descubrieron dos científicas australianas en 2019, que investigando el proceso de descomposición de un cadáver durante más de un año, descubrieron que sus extremidades se movían de detrás de la espalda hasta colocarse justo al lado del tronco.

La explicación, ha aclarado Peiró, es que esto podía deberse a la descomposición de los tendones de las articulaciones, además de a la posible acción de roedores u otros animales pequeños del campo.

Ivanna confiesa que no ha visto a cuerpos bailar después de muertos, pero lo que más le ha llamado la atención en todo su tiempo trabajando en el centro forense de Texas es cómo un cadáver puede descomponerse de manera radicalmente distinta dependiendo del clima: “Puede durar 18 días en llegar a la esqueletización en el estado de Tennessee, pero aquí en Texas puede durar 154 días”.

¿Hay granjas de cadáveres en España?

Estas instalaciones son controvertidas, se necesita un espacio muy grande, en un terreno alejado de cualquier población y con un gran dispositivo de seguridad, por lo que no son tantos los centros que existen en el mundo.

En Europa hay en marcha un proyecto, en Países Bajos, y se está comenzando a estudiar su creación también en Reino Unido. Existen algunos en Australia y Canadá, pero el país que más tiene, con diferencia, es Estados Unidos, con centros en Florida, Tennessee o Texas, como en el que trabaja Ivanna.