Finalizan las obras de reforma del centro de emergencias para supervivientes de violencia machista en Móstoles
Las mujeres supervivientes que lo necesitan dispondrán de un centro reformado y actualizado para que puedan residir en él de modo temporal. Se han destinado 160.000 euros a estas obras de mejora
Móstoles
El Gobierno de Móstoles ha destinado 160.000 euros a las obras de mejora del Centro de Emergencias para Mujeres Víctimas de Violencia Machista y sus hijos e hijas. De esta manera, las mujeres supervivientes de violencia machista que lo necesiten dispondrán en Móstoles de un centro de atención de emergencia reformado y actualizado para que puedan residir en él de modo temporal. El Ayuntamiento de Móstoles asumió este centro en 1993, a través de un convenio con la Comunidad de Madrid.
Este espacio residencial tiene carácter no permanente y está destinado a acoger, por motivos de urgencia, a mujeres en situación de violencia de género y a sus hijos o hijas, cuando carecen de recursos propios o familiares, hasta que se las derive a un recurso de la Comunidad de Madrid o encuentran una alternativa habitacional.
Las obras han consistido en la remodelación, mantenimiento y mejora de la habitabilidad de la casa. Se han impermeabilizado algunas dependencias que presentaban humedades, se han reemplazado los suelos y la carpintería exterior e interior, los alicatados de espacios como la cocina y los baños y se han pintado con pintura acrílica ignífuga otros espacios. Además, se ha sustituido la red de fontanería en los aseos y se han ampliado los platos de ducha. Se han sustituido todas las luminarias de las viviendas por otras de tipo LED, y se ha modernizado el sistema de calefacción.
Este espacio residencial, de 192 metros cuadrados tiene capacidad para 16 personas entre madres e hijas e hijos, no solo de Móstoles sino de cualquier punto de la Comunidad de Madrid, derivadas por la Policía o por el Observatorio de Violencia de Género. Pueden permanecer en este centro de emergencia un máximo de 2 meses.
En este centro no solo reciben alojamiento y alimentación, sino también atención psicológica, asesoría jurídica, formación… todos los recursos necesarios para ayudarlas a hacer frente a la espiral de violencia en la que se han visto inmersas.