Ruido y un lamentable espectáculo en el Congreso
Las caras del presidente del Gobierno y sus dos vicepresidentas fueron, durante unos segundos, la imagen del drama

Hola, muy buenos días. Ayer, a esta hora, les contábamos que el Gobierno afrontaba con tranquilidad la convalidación de la reforma laboral en el Congreso. Todavía se tenía que celebrar el pleno y votar, pero a última hora de la noche anterior, ante el 'no' de sus socios de investidura, el Ejecutivo se había asegurado el apoyo del PdeCat primero y de UPN después. Nos olvidamos ayer, a esta hora, de la capacidad de la política española para generar ruido y espectáculo.
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La capacidad de la política española para generar ruido y un lamentable espectáculo
La reforma laboral es una reforma exigida por Bruselas y pactada con la patronal y los sindicatos, pero a los partidos políticos qué más les da. Todos, siempre, con un ojo puesto en las elecciones, las que sean cercanas o lejanas. Solo así se entiende que ante una reforma de tal calibre, cuyas mejoras afectan directamente a los trabajadores, la votación se convirtiera ayer en un lamentable espectáculo. Un 'tamayazo' sobrevolando el hemiciclo, con los diputados de UPN diciendo una cosa y haciendo la contraria, la derecha y la ultraderecha celebrando con vítores el anuncio equivocado de la presidenta del Congreso. La derecha y la ultraderecha aclamando que no saliera adelante un nuevo marco laboral que pretende mejorar la calidad de los empleos. Las acusaciones de pucherazo, el escalofrío recorriendo la espalda de la bancada del Gobierno, las caras del presidente del Gobierno y sus dos vicepresidentas fueron, durante unos segundos, la imagen del drama.
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Todo fue una escenificación perfecta de la actual situación del mapa político español, como si un hábil director de teatro hubiera concentrado en una escena de unos pocos minutos un extenso libreto que lleva mucho tiempo escribiéndose. Los protagonistas son el principal partido de la oposición, el PP, que acosado por la ultraderecha, se opone a todo lo que salga del Gobierno, por principio, aunque sea algo que nos exige Europa e imprescindible para encarrilar la recuperación económica. Un gobierno confiado en exceso que, a menudo espera adhesiones y olvida que a los socios, como el amor, hay que trabajárselos día a día. Unos socios que anteponen sus cuitas particulares, sus temores electorales, al bien común de los ciudadanos, y un grupo de extras que nunca se sabe por donde van a salir.
Y la pregunta es qué va a pasar a partir de ahora, porque si ayer, por la mañana, el presidente del Gobierno creía que si le fallaban los socios había otra mayoría en la que apoyarse. Desde ayer por la tarde ya sabe que no hay mayoría alternativa, no hay una nueva aritmética en el Congreso. Así que le va a tocar sudar todas y cada una de las votaciones.

Àngels Barceló
Àngels Barceló dirige y presenta 'Hoy por hoy' de lunes a viernes, de 06:00 a 12:20h. Información, análisis...




