Bacterias para salvar la Puerta del Puente Romano
Combatir la humedad y 'regenerar' naturalmente la piedra del monumento con técnicas que nunca se habían aplicado en Córdoba, una intervención que finalizará en menos de un mes
Córdoba
Construida en el siglo XVI, la Puerta del Puente Romano es una de las paradas imprescindibles en una visita a Córdoba. Desde hace seis meses, lonas y andamios impiden la vista de esta insignia de la ciudad, pero es por una buena causa. Se está sometiendo a una restauración que la Gerencia Municipal de Urbanismo (GMU) adjudicó en junio de 2021, por un importe de 116.000 euros, a la empresa Construcciones ANTROJU.
El alto grado de humedad de la zona, unido al deterioro de la piedra de la infraestructura, convertían el carácter de la intervención en "urgente", según han detallado fuentes de urbanismo, para evitar "posibles daños de muy difícil reparación". Lo destacable es que esta obra pública está incorporando técnicas muy novedosas que nunca antes se habían utilizado en la ciudad. Y de hecho, los resultados de la misma constituirán un 'laboratorio de pruebas' para futuras intervenciones en patrimonio histórico.
Entre ellas, la más novedosa es la carbonatogénesis bacteriana. Esto es, añadir sustancias prebióticas a la piedra para que la propia flora de microorganismos que habitan en ella de manera natural 'repare' y proteja de forma superficial al material.
Nos citamos en el 'falso arco del triunfo' con Antonio Rodríguez, gerente de Construcciones ANTROJU y con Marina Ruiz, la conservadora y restauradora de bienes culturales que ha liderado la actuación. Ruiz explica que "el primer paso fue reconocer que la piedra del monumento tiene su propia microbiota, que después alimentamos con un sistema de tratamiento continuado para que se ponga muy contenta".
La felicidad de esas bacterias no desprende serotonina, sino cristales de carbonato cálcico. Y esto es clave para la restauradora, pues "hablamos de una actuación superficial de milímetros, pero que endurece y estabiliza la piedra frente a los elementos de agresión externa". Algo, detalla "que además es sostenible y no implica ningún peligro para los operarios ni para el medio ambiente".
"Es la primera vez que se hace en Córdoba", remarca el empresario de la construcción. Antonio Rodríguez detalla que se trata de una tecnología desarrollada en la Universidad de Granada y testada, nada más y nada menos, que en la propia Alhambra granadina. "Hasta allí nos desplazamos, junto a técnicos de la gerencia, para comprobar los resultados, que nos parecieron muy positivos", concreta.
Si la piedra consolida bien, el Ayuntamiento considerará alimentar bacterias de otros bienes monumentales, aunque el gerente de ANTROJU recuerda que, "lo más importante es que no estamos causando ningún tipo de daño a la piedra, a diferencia de otras actuaciones que son de carácter casi irreversible".
Antonio Rodríguez asegura estar "muy esperanzado con este tratamiento", especialmente cuando se trata de piedras "poco estables, como son las de la Puerta del Puente". Además, "hablamos de una actuación que puede repetirse dentro de un tiempo, por eso estamos poniendo tanto empeño en evaluar los resultados de lo que estamos haciendo aquí".
Marina Ruiz indica que "aparentemente es un tratamiento sencillo, porque lo hacemos pulverizando esas sustancias prebióticas directamente sobre la piedra". No obstante, matiza, "debemos tener mucho control de las condiciones de humedad y temperatura". Y es que toda condición que pueda estresar a las bacterias debe ser minimizada.
ELLAS SEGUIRÁN TRABAJANDO:
En esta actuación han intervenido un total de cuatro operarios "de alta cualificación", explica Rodríguez, "porque hablamos de materiales sensibles, una técnica novedosa y además un monumento icónico de nuestra ciudad". Y aunque fue adjudicada en junio de 2021, la preocupación de los técnicos de urbanismo por el bienestar del monumento venía de tiempo atrás.
El plazo inicial de ejecución de seis meses fue ampliado en enero, pero si las previsiones no fallan, la actuación habrá terminado para finales de este mes de febrero. Y aunque los operarios y las lonas se retirarán, el recién activado 'nanoejército' que habita la piedra seguirá 'respirando' oxígeno y consumiendo el alimento que le han dejado para crear esa película invisible de protección.
REPELER LA HUMEDAD A GOLPE DE IONES
Ya conocemos a las amigas de la puerta, pero lo cierto es que hay muchas cosas que le hacen daño: la erosión, los cambios de temperatura, las palomas o la porosidad de la piedra son algunas de las inclemencias que ennuestrafrenta cada día. Pero el peor enemigo, insalvable por su ubicación, es la humedad.
Las sales que genera y el desgaste que causa en las areniscas de la puerta ha llevado a la constructora a tener que aplicar nuevos morteros en aquellos bloques de piedra que tenían desperfectos. Para ello, se ha recurrido a una cal hidráulica natural, traída desde Francia, "por su resistencia". Y además, ha sido inevitable incorporar piedra nueva en aquellas partes cuya reconstrucción era imposible.
"Hemos encontrado en una cantera de Posadas piedra idéntica a la que había en la puerta, así que junto a artesanos de la provincia la hemos cortado, tallado, tratado y labrado para incorporarla al monumento", explica Rodríguez. A lo que Marina Ruiz añade que "se trata de una intervención que combina técnicas novedosas con la tradición constructiva de toda la vida".
El objetivo es que la intervención 'se note lo menos posible', "puesto que hemos tenido que sustituir bastante piedra", pero se han aplicado tratamientos de color y textura "para que la integración en el monumento sea la máxima alcanzable". Para la restauradora, se trata de "dignificar el patrimonio, algo en lo que las instituciones deben implicarse de forma permanente, porque es preferible mantener bien a tener que restaurar".
Y esto se lo han tomado muy en serio. Con otra innovación, se va a intentar combatir el impacto de la humedad en el entorno de la puerta. Se trata de una tecnología de origen suizo conocida como BioDry. La especialista concreta que "detecta la señal eléctrica de las moléculas de agua y emite una onda que la rechaza, sin ningún tipo de señal eléctrica".
Todo eso en un dispositivo metálico que apenas tiene el tamaño de un router doméstico. "Lo hemos colocado dentro de la muralla de la puerta y tiene un radio de acción de quince metros" detalla el gerente de ANTROJU.
"La piedra terminará secando, pero no es inmediato", explica el constructor, "por lo que se han incluido en el paquete mediciones periódicas por parte de la empresa instaladora de los niveles de humedad", para ver el grado de efectividad del BioDry. Todo ello, también con el objetivo de poder aplicarlo a otros elementos del patrimonio cordobés.
Álvaro Guerrero Jiménez
Redactor y editor en los servicios informativos...